Se fue despojando de todo, al igual que lo hacen los árboles en otoño.
Se dio cuenta que no se puede esperar lo mismo que dio.
Que solo ella vivió y guardó cada momento.
Ahora dejará salir cada pensamiento, cada palabra.
Ya no buscará su voz, aquella que la enamoró.
Quitará de su piel todo lo que pueda hacerla recordar.
Tan sólo fue una vez más que abrió sus ojos.
Ya dejará todo en ese baúl que el tiempo se encargará de cubrir, como la tela de araña oculta para dejar ese tiempo atrás.
Una ligera congoja está en su pecho, pero es más grande su desilusión, su desencanto.
Ahora mirará adelante, siempre hay un nuevo comienzo.