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Le pedí a la vida que me diera la oportunidad de volver a amar, pero qué está vez, el deseo fuera mutuo y no una simple casualidad o más bien, eso que la gente hace con facilidad al llenar espacios que otros dejaron.
No, no quería eso.
Yo pedía algo completo y cuando digo completo me refiero a una persona tan rota como yo, pero valiente en pelear por sus sueños, una que no se acobardara al ver y sentir el amor, una que viera mi caos y no le importara ese mar de explosión, porque él sería capaz de ver más allá de la puesta de sol.
Pedí un persona que le diera valor a lo mínimo, para volverlo grande, una que se haya aprendido a amar así mismo, después de haber estado destrozado, uno que se cosió uno a unos sus pedazos, quitando lo inservible para dejar lo sostenible, uno que es capaz de mirarse al espejo y aceptarse tal cual es, trabajando en sí mismo por sus propios cambios, más no para complacer a alguien más y eso para mí es una persona completa, porque no busca salvación, ¡él mismo ya se ha salvado! y lo pedí así, porque ese fue el proceso que yo viví, vivo y mantengo día a día.
Y aunque soy sincera, pensé que jamás llegaría, pues hoy en día el amor se volvió papel higiénico, se usa y se tira después de untarla de mierda.
Y con todo eso, solo cree en mi mente vanas ilusiones, personajes en mis letras indecentes sin remitente, suspiraba tanto a solas, que la luna se apiadaba de vez en cuando de mí.
A tu Lado Nada Duele
Y cuando dije ya no más, apareciste tú en medio de un mar, a ti te vi en mi oscuridad, algo hizo que te sintiera desde el primer momento y no podría explicar el porqué, pero vi paz al mirarte a ti. Y hoy, doy gracias desde mi corazón, porque todo se cumplió, no era cuando yo quisiera, ¡no!, era en el momento justo en que la vida se decidiera a qué nos viéramos en el camino y bailar en la calle del amor, reconocernos en la avenida del corazón y besarnos la razón, abrazándonos en el semáforo puesto en verde, para darle rienda suelta a un sentimiento que se va nutriendo cada día con amor.
Hoy suspiro porque se cumplió lo imposible, me he vuelto a enamorar del amor, de los detalles, y del corazón.
Hoy me estoy enamorando lento, muy lento, de mi caballero eterno, que llegó cómo un ladrón de mi soledad, para instalarse en el lugar que jamás pensé ocupar...
Mi corazón.
Créditos a quien corresponda |
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