Madurar es aprender a querer despacio, a extrañar en silencio en una ráfaga de ilusión Vendaval de un amor afrodisíaco, ecxitante con fantasías sin límite, sabía decisión porque, si usted besa como escribe venga y haga de mí su mejor poesía. Osadía de mi sentir, valiente decisión dejaré que seas el secreto de un millón de palabras dedicadas siempre para usted que hizo de mí, un poeta con lozanía y frescura en mis letras. Decir, escribir, versar lo que sientes no es más que leer a voz bajita, lo que escribe el corazón entre versos susurrados al oído. ¡Valiente decisión! De una alma enamorada, libre, soñadora de sus más íntimos deseos. Sandra Mendoza