Con las manos vacías araño los recuerdos que te traen a mí
y me ahogo en los suspiros de los besos que hieren mi alma,
me tiembla la voz en este silencio que pronuncia la soledad
tu nombre en las lágrimas que corren hasta cubrir mi rostro.
Pero estas aquí me amas no eres un fantasma de mi pasado
entonces me recorres toda la piel con el calor de tus manos
y el néctar de mis venas llega hasta las orillas de tus anhelos
las caricias como las olas inundan los deseos de tus peñascos.
Aunque la realidad maldita se burla así de mis pensamientos
y te aleja de mis sueños me acerca al borde de un precipicio,
la fuerza de tus ganas es una carga pesada para mis hombros
un escenario en el que solo queda un corazón lleno de color.