“Hay tentaciones que desquician
el alma, alborotan el corazón
e inquietan el cuerpo.”
.
Rojo amanecer...
Tormenta que me acecha,
Cuán océano es tu cuerpo...
Que deseo tanto descubrir,
Esos tesoros que guardas en lo
más profundo de tu ser,
Y saciarme de tu fruto prohibido,
Aunque mi alma se condene a tu cuerpo,
La sed que dejarás en mí…
Por besar tu piel,
Por morder tus labios,
Por fundirme en tus ansias.
Rojo amanecer…
Divina tentación que me
roba mi tranquilidad,
Tienes una mirada que penetra
lo más profundo de mis ansias,
Y qué decir de tus labios…
Desearía que pasaran por mis pechos…
Que bajaran un poco más…
Al centro de mi pasión contenida,
Para sentir tu lengua rodeando mi virilidad,
En lo más alto de mi orgullo.
Rojo amanecer…
Tentación que no duerme…
Ver tu piel blanca como la misma luna,
Para dejar mis besos tatuados en ella,
Para sucumbir al deseo de tu espalda baja,
Y que mis hombros sean el
descansando de tus piernas,
Y mi espalda cual madera como roble…
Para que entierres tus uñas en ella.
Rojo amanecer…
Me provocas tanto…
Desear quitar el camisón que llevas puesto,
Para ver tus botones erizados,
Para saciarme con la mirada al verte desnuda,
Y ver las puertas de tu alma…
Que yacen bajo el ombligo,
Donde brota un hilo de tu deseo…
Brotando de tanta espera,
Para beber de tus jugos…
Y embriagarme con ellos.
Rojo amanecer…
Ven cariño mío…
Dime que solo eres mía…
Como lo es la luna del sol,
Como lo son las flores de la primavera,
Como lo son los amores pasajeros en verano,
Como lo es la musa del poeta.
Rojo amanecer…
Me tientas el alma,
Y mi deseo crece…
Por ver más allá de tus sensualidad,
Y que te veas con mis ojos…
Para que veas lo hermosa que eres,
Y lo sensual y lo mucho que me provocas.
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