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General: LA PALABRA DIARIA MES DE MARZO
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De: Tatisverde (Mensaje original) |
Enviado: 07/03/2025 04:13 |
Perdonar
Perdono y soy libre.
De vez en cuando, no nos comportamos lo mejor que podemos. Cuando me doy cuenta de ello, en vez de juzgar recuerdo las palabras de Jesús: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen". Gracias a la presencia crística en mí, veo más allá de mi comportamiento, o del de mi hermano o hermana, y oro. Oro para ser capaz de aceptar la paz que me ofrece el perdón.
Sé que los errores ocurren al no ejercitar los dones de Dios de sabiduría y comprensión. En esta conciencia, perdono. Asumo responsabilidad por lo que he hecho y hago lo que pueda para corregirlo. Pero más importante que eso, acepto el poder del amor redentor. Al perdonarme y perdonar a los demás, soy libre. El Cristo morador ha despertado en mí.
Ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces vuelve y presenta tu ofrenda.—Mateo 5:24
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De: Jeroa |
Enviado: 08/03/2025 13:08 |
¡¡¡Estimad@ Amig@!!!

Juan Cano
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Gracia
Soy uno con la gracia ilimitada de Dios.
Estas palabras, del poema "Estoy siempre contigo" por James Dillet Freeman, describen bellamente la gracia de Dios:
¿Me necesitas? Estoy aquí contigo. No puedes verme, sin embargo soy la luz que te permite ver. No puedes oírme, sin embargo hablo a través de tu voz. No puedes sentirme, sin embargo soy el poder que trabaja en tus manos.
La gracia de Dios es constante y verdadera, provee todo lo que pudiera desear y más. Ella obra en mí y a mi alrededor. Es la luz que ilumina mi camino, la sabiduría que guía mis pensamientos y acciones, y el poder que me llena de fortaleza y paz.
Gracia y paz a vosotros de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.—2 Corintios 1:2
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Curación
Doy gracias por la energía y la fortaleza de mi saludable cuerpo.
A veces olvido cuidar mi cuerpo, mas él nunca olvida cuidarme. Mi cuerpo bombea instintivamente la sangre, digiere los alimentos e inhala y exhala el aire. Me maravillan todas las funciones que lleva a cabo mi cuerpo. Éste se renueva y responde a mis decisiones, bien me dé cuenta de ello o no. Tomo un momento para sentir y apreciar cómo la vida divina fluye en mí.
Disfruto de nuevo aliento y energía. Cuando me acuesto al final del día, bendigo mi cuerpo desde la cabeza hasta los pies. Doy gracias a Dios por mi vida y mi salud. Tomo decisiones conscientes, las cuales benefician la salud y vitalidad de mi cuerpo. ¡Personifico la vida divina!
La luz de los ojos alegra el corazón; la buena noticia conforta los huesos. —Proverbio 15:30
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