Rosa saudade
Siempre la rosa. Siempre agonizante. Inclinada o erguida, turbadora. Al filo de la tarde o de fa aurora, coronada en sereno de diamante.
Estancia del amor, rosa fragante. El fango no la ve y ella lo ignora. Estancia triste donde apenas mora la rosa silenciosa y el instante.
Aquí vivió la rosa. Noche y día en la saudade del recuerdo crece y se copia y dilata en su perfume.
y sigue prolongando su agonía por el mal de la espina que padece y fa llama de amor que la consume.
Carmelina Soto
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