Miró al embarcadero, la barca seguía allí amarrada.
El lago se veía tranquilo, sus ojos no podía ver la otra orilla.
La luna se reflejaba en las aguas, las que hacían que se vieran más brillantes.
En su retina tenía su silueta, la que vio caminar calle arriba.
Ahora espera verlo llegar, de nuevo mira a la otra orilla, no ve aquella silueta que guarda en su memoria.
Lo imagina agitando su mano, con su semblante risueño, sus ojos brillantes.
Unas manos cálidas, conocidas acarician su espalda, dando un brinco da la vuelta mientras él la atrae manteniendola abrazada contra su pecho.
No sabe bien cuanto tiempo estuvo asi, sintiendo su protección y aquella ternura que la envolvía.
Levanto su cara y beso sus labios.
Ahora si, no es su imaginación, no es un recuerdo que llegó a visitarla.
Está junto a ella.
La espera ya termino.