Tus caricias son lenguaje sin palabras,
poesía escrita con la yema de tus dedos,
melodía que recorre mi piel entera
y me hace florecer en cada encuentro.
Cuando me rozas…
el tiempo se detiene,
las dudas callan,
y solo existe el milagro
de tu amor latiendo en mi pecho.
Eres como una flor roja en mi jardín,
única, intensa, perfumada de deseo,
con pétalos de fuego y ternura,
y espinas dulces que me hieren… y me sanan.
Te amo en cada roce lento,
en cada mirada que me desnuda el alma,
te amo cuando el mundo duerme
y tú, sin hablar, lo enciendes todo.
Una flor roja de pasión
nació entre tus manos y mi pecho,
regándola con besos secretos
y promesas que arden en silencio.
Si alguna vez dudas de mi amor,
toma esta flor,
siente su perfume,
y sabrás que yo…
solo existo para ti.