tal vez solo fue un sueño infantil.
acaso esas caricias fueron pensadas,
sacadas de un mundo que escribí.
De un mundo que no existió,
o que no hubo de haber existido.
una quimera recogida del viento,
que tempestad volvió mis sentidos.
Se me escapa el alma a otro cuerpo,
que vive cual autómata sin corazón,
que no escribe poesía, sino llanto,
que no llora lágrimas, sino amor.
Desaparece la vida y con ella,
un recuerdo vivido en la irrealidad.
que vivió mi alma en otro cuerpo,
dejando en este, tintes de no verdad.