Tómame, amor, sin horarios ni reglas,
haz de mis labios tu playa sin tregua.
Desátame el alma con solo un suspiro,
y haz que en tu pecho pierda el sentido.
Quiero tu boca bebiendo mi aliento,
tu piel en la mía marcando el momento.
Haz que la noche se rinda rendida,
cuando tus manos conquisten mi vida.
No me hables de amor… háblame con el cuerpo,
con caricias que griten lo que llevas dentro.
Apriétame fuerte, muérdeme el alma,
enciende este fuego, revienta mi calma.
Que la pasión nos arrastre sin miedo,
que no quede un rincón sin arder en el juego.
Y cuando el silencio nos cubra en su manta,
que digan tus ojos: “Tú fuiste mi llama.”