FALOPIUM CAPITULO (CINCO) - AMISTADES SIN FRONTERAS

Dos dias habian pasado y la triuplacion amotinada ya enfrentaba su primer gran problema: la comida comenzaba a escasear. Era algo logico debido a las fiestas nocturnas diarias que se sucedian a bordo donde la gula y la lujuria eran moneda corriente. Algunos hasta se arrepentian de no haber llevado mujeres a bordo.
Todo ese descontrol se hacia notar en las reservas, cada vez faltaba mas alimento.
El Joven, mientras tanto, se encontraba en las mazmorras sin recibir alimento. Lo llamativo era que, a pesar de ello, su estado fisico no se deterioraba en lo absoluto a pesar de que le costaba moverse por una molestia en las partes traseras.
Al cabo de una semana la comida se habia terminado y hasta las pocas ratas que quedaban a bordo eran consideradas un manjar. Ante la falta de alimento, varios habian adoptado el canibalismo, era comun que un marinero se despertara sin un brazo o una oreja.
La situacion se hacia insostenible y todo parecia indicar que nunca llegarian a tierra.
Mientras tanto, el joven buscaba la forma de escapar de su celda. Busco hendijas entre las paredes y noto una roca que se movia. Saco unas maderas del catre, las afilo contra la pared y las clavo entre las ranuras de la roca suelta. Tiro con toda su fuerza y logro arrancarla. Noto que era una piedra base porque al sacarla, varias de desmoronaron a su alrededor, lo que termino abriendo una brecha por la cual podia pasar. Si queria escapar del barco tenia que hacerlo lo mas rapido posible antes de que los marineros llegaran. No dudo y se adentro en la brecha.
Paso un buen rato hasta que el joven vio luz al final del camino, siguio caminando hasta que encontro lo que efectivamente era la salida. Corrio las ramas secas y noto que la cueva salia a las aridas estepas. Cuando su vista se acostumbro al sol busco algun signo de vida humana cerca.
A lo lejos diviso una pequeña ciudad que se asomaba en el horizonte. El joven marcho hacia alla.