¿O qué mujer que tenga diez dracmas, si se le pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa, y la busca cuidadosamente hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a las amigas y vecinas y les dice: "Alegraos conmigo, que ya encontré la dracma que se me había Perdido".
Lucas 15, 8-9
-Que la bendición de la Virgen María y de su hijo Jesús caiga sobre nuestras cabezas esta noche. En nuestro cuerpo duerme la Otra Parte de nuestros antepasados; que la Virgen María nos bendiga.
Que nos bendiga porque somos mujeres, y hoy vivimos en un mundo donde los hombres nos aman y nos entienden cada vez más. No obstante, tenemos aún en el cuerpo la marca de las vidas pasadas y estas marcas duelen todavía.
Que la Virgen María nos libre de estas marcas y apague para siempre nuestro sentimiento de culpa. Nos sentimos culpables cuando salimos de casa, porque estamos dejando a nuestros hijos para ganar su sustento. Nos sentimos culpables cuando nos quedamos en casa, porque parece que no aprovechamos la libertad del mundo. Nos sentimos culpables por todo, y no podemos ser culpables porque siempre estuvimos distantes de las decisiones y del poder.