En el ocaso de mi vida,
al atardecer un nombre
de hombre, una palabra
bastó para entretener mi llanto,
de tanto galán suelto,
tenías que ser tú,
entregado, directo,
dispuesto,
no será mi verso prosa,
ni mi prosa verso para tí,
es,
simplemente
es,
tenías que ser tú.
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