A lo largo de su carrera, el escritor y periodista estadounidense Truman Capote pudo haber escrito una gran cantidad de obras pero, sin duda, el reconocimiento mundial le llegó gracias a una creación específica que apareció en 1966 bajo el título de “A sangre fría”.
Desde un comienzo, el libro presentaba características atípicas, tales como el perfil de non-fiction asociado a su contenido (el cual, tiempo después, se transformaría en ejemplo de la corriente literaria conocida como Nuevo Periodismo estadounidense) y el compromiso de su autor, quien lo escribió tras cinco años de investigaciones. Por ese entonces, era casi imposible prever su éxito. Sin embargo, los lectores respaldaron la propuesta y, gracias a esas miles de personas que apostaron al talento de Capote, la obra se transformó en un clásico y, en su momento, además de ser adaptada a la pantalla grande, llegó a ser uno de los textos más vendidos, de acuerdo a los datos proporcionados por “The New York Times”.
La novela reconstruye y revela el dramático final que tuvieron, en la realidad, los cuatro integrantes de la familia Clutter, un clan de Kansas dedicado a la agricultura que se destacaba por su generosidad, su religiosidad y su buen pasar económico.
Sus vidas se truncaron por decisión de dos convictos en libertad condicional, quienes atacaron la casa de los Clutter convencidos de que allí encontrarían una caja fuerte llena de dinero y, al no poder hallarla, optaron por asesinar tanto al matrimonio como a sus dos hijos adolescentes.
Aunque intentaron no ser atrapados viajando primero a México y, al tiempo, regresando a Estados Unidos, los delincuentes fueron arrestados y acusados de ser los criminales. Ambos fueron condenados a la horca en 1960, pero ese fallo fue impugnado y recién en 1965, tras un largo proceso, la condena pudo ser cumplida.