Intrínsecos caminos
mis pasos recorrieron,
persiguiendo el rayo esquivo de luz
que juguetón se escondía,
en los bosques, en los valles,
en las olas que mimosas
besan con fervor la orilla,
y borran con su caricia
la huella que atrás dejé.
En su inocente juego
mi camino va cambiando,
en sinuosas curvas
en escarpadas montañas
o apacibles senderos.
Convertida en peregrino
en busca de su destino,
cuya ruta va trazando
un corazón renacido.
Que una noche de invierno
en la sombra de un suspiro,
te entregó todos sus sueños
ocultos en su latido.