En pos de la libertad descubrí la poesía. Sucedió que un claro día, persiguiendo mi verdad, sólo encontré soledad como única compañera. En mi oscura primavera busqué retazos de vida que me curasen la herida provocada por ceguera.
Me provocó la ceguera un corazón desolado, por un vivir mal llevado que no aceptaba frontera, ondeando la bandera de falta de honestidad. Al no tener caridad, quedó mi alma desnuda clamando, a gritos, ayuda en pos de su dignidad.
En pos de mi dignidad, cambié todos mis esquemas y me brotaron poemas germinados de humildad. Hice mía la verdad que un gran poeta sentía, ya que en sus versos decía: “en aras de la bondad se puede hallar libertad escribiendo poesía”.