Un equipo liderado por el científico argentino Ezequiel Treister consiguió demostrar que los agujeros negros existían aún en los comienzos del Universo, y que su ritmo de evolución es coincidente al de la galaxia en la que están alojados.
"Hasta ahora, no teníamos idea del papel de los agujeros negros en estas primeros galaxias, o si existían", explicó Treister, que se desempeña como investigador en la Universidad de Hawaii. Y agregó: "Ahora sabemos que están allí, y están creciendo frenéticamente".
La información aportada por Treister, que se publicó hoy jueves en la revista británica Nature, permitirá elaborar nuevas proyecciones sobre el origen y desarrollo el Cosmos. Las observaciones demostraron que al menos un 30% de las galaxias distantes contienen un agujero negro supermasivo creciente, y que en el Universo temprano existen, al menos, 30 millones.