Vine a ver que pasaba. El mensaje que dejaste en el rinconcito y en mi grupo, me dejó confundida, no sabía como interpretarlo.
Pacho, en mi tienes a una amiga, a una venezolana, desde Valencia te brindo mi apoyo incondicional.
Cuando escribo, mi pensamiento fluye y no puedo detenerlo, lo dejaré fluir porque quiero decirte muchas cosas, así que esto ya de una vez te aviso que será largo, toma tu tiempo para leerlo.
Amigo, a mis 54 años puedo decirte que he pasado por muchas situaciones tristes, muy pero muy tristes, también he perdido muchos seres queridos, sin contarte de los amigos queridos que se me han ido, ya no tengo a mis abuelos, que ellos me criaron y son mis ángeles de la guarda, la partida de mis dos viejos me partió el corazón en mil pedazos, pero me levanté porque aunque suene trillado y cruel, la vida sigue.
Hace años murió mi papá, yo estaba en Maicao, en aquella época no habían celulares, nadie pudo avisarme y cuando llegué, mi papá ya estaba enterrado.
El año pasado murió mi padrastro al que quise inmensamente y un hermano, que falleció en un accidente terrible, espantoso y me costó meses quitar de mi mente la escena que nunca vi pero que me la imaginaba sin poder evitarlo, aún hoy pido a Dios que mi hermano no haya sufrido, que el dolor no haya durado ni 3 segundos, que mi hermano no viera venir esa muerte espantosa.
Mi hermano manejaba su tractor en el cual llevaba una rastra, estaba abriendo surcos en sus tierras para sembrarlas. Pasó por un enjambre de abejas y al parecer automáticamente para evitarlas, se echó para atrás. La silla del tractor estaba dañada y mi hermano cayó detrás del tractor y lo agarró la rastra.
Su esposa lo consiguió.
Ella está viva, su mamá está viva, sus hijos están vivos, enfrentando todo, su esposa enfrentó conseguir a su esposo vuelto pedacitos.
También hace muchos años, se me murió otro hermano, murió dormido.
La mayoría de esos fallecimientos tuve que enfrentarlos joven, no a esta edad y seguí viviendo, primero como un fantasma ambulante y luego me fui recuperando.
Mi viejito, mi abuelo, fue el amor de mi vida, lo mejor que me ha pasado es que ese viejito estuviera en mi vida y me tocó esperar sentada su muerte, me tocó ir a preparar todo para su fallecimiento, ir a escoger la urna y los servicios funerarios, todo eso antes que que falleciera.
Igual tuve que hacerlo con mi abuela, que me cuidó primorosamente desde el día que nací.
Pacho, hacer eso, preparar todo para esperar la muerte de los que amas, es la cosa más horrorosa que puede haber.
Desparramada en el dolor y lágrimas, escogiendo urnas.
Llorando y vistiendo al muerto. Lo he hecho más veces de las que nunca me imaginé, me quedé sin alma.
Con el tiempo recuperé la risa.
Con mis seres queridos a quienes no les cerré los ojos, los familiares y amigos que se fueron, el aviso me llegó por teléfono.
Pacho, no tienes idea del temblor que me da cada vez que suena el teléfono, sea la hora que sea, suena el teléfono y me salta el corazón.
La vida se trata de alegrías y tristezas, llantos y risas.
No creas que no te entiendo, porque no solamente el fallecimiento de nuestros seres queridos nos duele, también hay gran cantidad de situaciones que nos llevan al extremo. Yo también he estado al extremo y a Dios rogando y con el mazo dando, llorando pero enfrentando, al extremo, con valentía, asumiendo responsabilidades de la misma forma que asumimos las cosas bellas de la vida.
Para muchos quitarse la vida es una bendición, es un click que acaba con todo.
Para mi no lo es, creo que lo único que me haría pensar en eso, es el fallecimiento de un hijo, cosa que ni siquiera me atrevo a imaginarlo o talvez algo parecido a la eutanasia hecha por uno mismo, que a eso no lo llamo suicidio y es más que justificable, necesaria, pero como no es fácil conseguir quien te la haga, porque queda de asesino, entonces se recurre a la eutanasia por su propia mano. No sé si soportaría una diagnóstico mortal, pero me conozco, le tengo terror a la muerte, patadas con ella, hasta el último segundo esperaría un milagro.
Le tengo terror a la muerte porque amo a la vida y Pacho mira que he llorado incansablemente, pero amo las cosas buenas y quiero vivir las buenas que me esperan, pero sé que también me esperan malas, así que sea lo que Dios quiera, porque no hay mal que dure 100 años, ni cuerpo que lo resista.
Mientras mis hijos estén aquí y mi salud no me lleve a pensar en esas cosas, me voy cuando Dios, el universo, el cosmos, lo decidan, no cuando lo decida yo.
De resto amigo Pacho, todo, todo, todo, puedes enfrentarlo, ya sea que te equivocaste o te hirieron, perdona y perdónate, ya sea que se fue alguien a quien amas inmensamente, enfréntalo y deja que el tiempo se ocupe de lo demás, créeme que el tiempo se ocupará, solamente tienes que tener paciencia y no dejarte llevar por la desesperación.
Cuando yo tenía 18 años, no creía en eso de que el tiempo lo cura todo, porque mi tiempo en la desesperación era demasiado largo, ¿una semana?, ¿15 días?, ¿que se yo cuanto?, lo cierto es que al poco tiempo ya había pasado el vendaval.
Hoy me da risa eso, ¿vendaval?, yo estaba metida en vendavales absurdos a mis 18 años y me sentía al borde de la desesperación.
Me da risa porque aquello no pasaba de ventarrones, porque vendavales fueron los que vinieron después.
Enfrentar aquellos ventarrones, me fueron dando la fortaleza que necesitaría años después para enfrentar los grandiosos vendavales que me esperaban y lo peor de todo es que me esperan más.
Y no es que soy la única, todos tenemos en nuestra vida, pasada, presente y futura, lágrimas y risas.
Ahora es que te falta por sufrir y llorar, pero ahora es que te falta por reir y bailar.
Todas estas cosas que te digo, quizás ni te consuelen y te entiendo, a mi no me consolaban, todo lo contrario, nadie tenía problemas más feos que yo, así cualquiera da consejos ¿verdad?, desde su feliz momento y el nuestro terrible, así cualquiera.
Yo estaba segura que hablaban desde su afortunada y feliz posición, porque peor que yo no estaba nadie.
Como decimos en Venezuela, yo hundida en el dolor y tu me aconsejas viviendo en la guanábana.
Pero sí te diré algo en lo que quiero que pienses mucho, esto es lo que realmente vas a analizar.
Quitarte la vida es más rápido y sencillo que hacer cualquier otra cosa, es casi tan fácil como pegarle una patada al piso. Es como hacer un click en el mouse.
Bueno Pacho, te quitaste la vida y listo, se acabó lo que se daba, se acabó el pensamiento, ese es tu propio enemigo, el más terrible de los enemigos es nuestro propio pensamiento, esa es la gran tortura, lo que pensamos, porque pensamos y sentimos, luego viene la desesperación, eso que sentimos no lo podemos soportar. Tu pensamiento te revuelve todo tu cuerpo y espíritu.
Como los celos, te dicen que a tu chica la vieron con un chico agarrada de la mano.
En menos de 5 minutos, ya te los imaginaste en la cama. A lo mejor la pegas, quizás estuvieron en la cama, pero ¿y si no es así?.
Puede que no sea así.
Y así es, puede que no sea así, porque yo fui la chica con la que vieron a mi hermano agarrados de la mano.
Costó Dios y su ayuda para que mi cuñada nos creyera ese cuento y no se divorciara de mi hermano. Hasta de encubridora quedé:
-MENTIROSA, NO ESTABAS CON ÉL, TE PUSISTE DE ACUERDO CON ÉL PARA DECIR ESO Y DEFENDERLO-
Decides quitarte la vida, te la quitas y fue fácil, hiciste click y solucionaste tu problema. Supuestamente después te llega la paz, por aquello que dicen de los muertos de que EN PAZ DESCANSEN.
Yo tiemblo nada más de saber que eso lo dirán algún día por mí.
QUE EN PAZ DESCANSE.
Pamplinas, bicho, bien lejos con eso.
Pacho, decidiste quitarte la vida, te la quitas ¿y los demás?, ¿los que sufrirán horrores por tu culpa, por tu suicidio?.
Si una muerte accidental o la que llaman natural, desgarra el alma de los que quedamos vivos, puedes estar seguro que un suicidio deja un dolor perpetuo en los seres que te aman y no les desgarras el alma, se les pierde el alma, los dejas sin alma.
Tú te vas con un click y los demás que queden destrozados.
No es justo, así de sencillo.
Nos va bien y nos va mal, no eres ni serás el único, pero tampoco seas de los pocos que no son valientes y no enfrentan sus vendavales.
Tu estado de ánimo, subirá y decaerá, si decaes, busca ayuda profesional, es más, la necesitas, búscala antes de, además busca ayuda de tus familiares y amigos, no renuncies a vivir las cosas malas y buenas que te esperan, no todo será bueno, no es cuestión de mentirte como si fueras un tarado, te vendrán malas y muchas, es más, serán peores, pero vendrán buenas, buenísimas y maravillosas.
Si eres bueno y fuerte para recibir las buenas, eso mismo tienes que serlo para las malas, en las malas y las buenas, porque si no te suicidas hoy lo harás mañana, porque no vives en una nube y si vivieras en una nube, en lo que llueva te vienes para abajo con todo y chorro de agua y la estrellada será fenomenal, así que vivir no es risa, risa, risa y alegrías, no Pacho, vivir es de día a día, sin saber que viene, pero lo bueno no es lo único que te llegará.
Únete a los valientes, que somos muchos, a los valientes que estamos viviendo salga lo que salga. Porque vivir es para valientes.
No se vale renunciar, porque hay que darle oportunidad a la vida, que es bella, con risas y llantos, es bella, es un regalo Divino que estemos vivos.
¿Tú piensas en quitarte la vida a tu edad?.
Conozco dos mujeres, mayores que yo y tengo 54 años, las dos están casi agonizando por culpa del cáncer, invadidas por completo y si las vieras como luchan día a día para tener 24 horas más de vida, ¿sabes como es esa lucha?, física, mental y espiritualmente dolorosísima, terriblemente dolorosa, enfermas, postradas por la enfermedad, aniquiladas, postradas de angustia, miedo y dolor, pero allí están, dos hermosas mujeres de más de 60 años, luchando por vivir 24 horas más, te aseguro que esas dos mujeres en 60 años les ha ido mil veces peor que a ti y quieren seguir viviendo, día a día con dolores extremos, esperanzadas en que ese vendaval pasará y llegará la aurora limpia, diáfana y radiante, la de que tenían antes, que igual lloraban.
No es justo Pacho que tú quieras quitarte la tuya, dale gracias al universo porque tienes una vida que te espera y ellas tienen los días contados, simplemente los están estirando de una manera triste y dolorosa a la espera de un milagro de Dios.
Aquí estamos todos, acompañándote y rezando para que tengas una luz en tu vida que te alumbre el camino y veas que es hermoso.
DETRÁS DEL TÚNEL SIEMPRE HAY UNA LUZ.
Eso no aplica nada más para los muertos.
Argomento precedente
Primo 
