Pesada carga Señor llevaste por pagar nuestro pecado, perlas transparentes cayeron por tu frente.
Tus pies se crispan al pisar el suelo, las piedras te lastiman, miraste a nuestro lado y sólo viste desamor.
¡Qué dolor siente mi corazón de verte esas heridas que por nuestra culpa pagaste!
¡Hay Dios mio! Que angustia nos embarga al ver tu cuerpo destrozado por el flagelo de nuestra ignorancia.
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Santo eres en verdad Señor...
Eres Rey y una corona te ganaste, pero corona de espina por nosotros cargaste.
Tu sangre corre como rojas cortinas y tú, siempre lleno de amor antes que te crucificáramos nos perdonaste.
Un sólo pensamiento tuviste aquel día...
Padre, perdónalos, no saben lo que hacen.
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