CAMINEMOS, HERMANITA…
Sé muy bien que has sufrido
desprecio, indiferencia…
desamor, cero paciencia,
y te han desvalorizado.
Se bien que esas cosas duelen,
lastiman el corazón,
trae odios y rencor
después de sufrir por años…
Sé también que te han fallado
los que más debieron darte,
Sé que te negó la vida
varias oportunidades…
Sabes y sé que el silencio
acompañó soledades.
Que todo eso enferma
el alma y el corazón…
También sabemos las dos
que no nos esforzamos mucho
cuando la vida nos trajo
de paso, oportunidades…
Es momento de verdades
reconocer ante sí…
no echar culpas y vivir
buscando la felicidad.
Es momento de brindar
perdones y buenas ondas.
Serás lo que quieras ser
pero luchando optimista.
Pondrás tu vida enterita
en manos del Creador…
Pedirás a Él perdón
y perdonarás sincera…
Perdonarás por lo que sea
que tienes que perdonarte…
será Dios quien ha de amarte
y enseñarte a amar.
Quien curará la maldad,
el dolor de los desprecios,
todas esas impiedades
que sufriste desde niña…
Toma mi mano, hermanita
como cuando aquellos años
Íbamos a hacer mandados
por las calles de la vida…
Te quiero, sin más medidas
de las que tiene el Cielo…
Nunca te lo dije a esto,
ya es tiempo de hablar…
Toma mi mano y sin más
caminemos por la vida:
el camino tiene espinas,
pero también bellas rosas.
Mira al costado y huele
que hay aroma a jazmines…
Hoy la vida nos sonríe
con la fraternidad perdida
y nos regala sin prisas
otra oportunidad
de caminar hasta el final,
hasta que lo diga Dios…
Caminemos, por favor
dejando el dolor atrás.
Te prometo, ya verás
que un puñado de rosas
te espera en el futuro
para perfumar tu vida…
Esas rosas que María
preparará para vos…
Dime, hermana ¿qué razón
impide recomenzar?...
María Laura PROCIK