Jesús se queda en Betania.
Simón,
el leproso que había sido curado
por Jesús, invita al Señor
a comer en su casa,
por lo agradecido que le estaba.
Mientras están comiendo,
entra en la casa una mujer
del pueblo llamada María;
rompe un frasco de perfume carísimo
y lo echa a los pies del Señor.
Los besa y los seca con sus cabellos.
A Jesús le gustó ese detalle de cariño.
Es entonces cuando
Judas busca a los jefes del pueblo
judío y les dice:
"¿Qué me dais si os lo entrego?".
Ellos se alegraron
y prometieron darle dinero.
¿Eres agradecido como Simón
por las veces que a ti también
te he curado de tus pecados?
Cada vez, después de confesarte,
dale gracias por haberte perdonado.
A Jesús le gustará que hoy tengas
algún detalle de cariño con Él,
como María.
Piensa ahora uno concreto
y regálaselo ya.
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