¿Qué es esto, amante corazón rendido? ¿De qué te sirve tan dichoso estado, si tus penas parece se han doblado de que empezaste a ser favorecido?
La imagen horrorosa del olvido turba mi gloria y crece mi cuidado, y aun al alma, confieso, ha penetrado, no celos, un recelo mal nacido.
¡Ay, Lisi mía, en qué mortal quebranto despedazado el corazón me siento, de un temor a la rústica violencia!
Y si sólo un temor me aflige tanto, cuánto será bien mío mi tormento, si a ser este temor llega evidencia
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