La mentira por
la verdad,
El recibir por
el dar,
El odio por el
perdón,
La duda por la
fe,
La envidia por
la aceptación,
La intolerancia
por la paciencia,
La dureza por la
flexibilidad,
El miedo por el
coraje,
El desistir por
el perseverar,
Las palabras de
más por la prudencia,
La soberbia por
la humildad,
La burla por la
piedad,
El conformarse
por el progresar,
El ocio por el
trabajo,
Los sueños por
su realización,
La ambición
desmedida por el honor...
Si pudiéramos
cambiar todo esto;
sentiríamos más
cerca que nunca,
la presencia de
Dios en nuestra vida.
POR TI,
MARÍA, LLEGÓ FELIZ