La guerra
Los seres nacen libres,
la guerra lo secuestra.
nadie vive seguro,
la amenaza esta cerca.
La libertad, ahora,
es un lujo que cuesta.
Reproches y lamentos
de madres sollozantes
se escuchan desde todos
los puntos cardinales.
Implorando piedad
a los duros semblantes.
Pero nadie da tregua,
ni espera, ni descansos,
la guerra va arrasando
con aldeas y campos.
Tornando las veredas
en grandes camposantos.
La libertad, cansada
de interminable espera,
sostiene entre sus manos
esa blanca bandera.
Que la mecen los vientos
que vienen de la guerra.
Vivimos la esperanza
de que acabe la afrenta,
se silencien las armas
de la horrible matanza.
Se abran los caminos
donde la paz avanza.
Intervienen gobiernos
de solidarias naciones,
pero no se vislumbran
ningunas soluciones.
Llenanse los espacios
de todas las prisiones.
El pueblo, mancillado,
se mueve entre cadenas,
los hermanos se matan,
se lucha, se pelea.
Clamores de injusticia
agudizan las penas.
Las voces de la guerra
Vienen, siempre, informando,
de hombres y mujeres
que siguen secuestrando.
¿Hasta cuando, Dios mió,
se mantendrá la guerra?
¡Tu que todo lo puedes,
cambia ese viento impío¡
Para que vuelva y reine
la paz sobre la tierra.
Oscar Jiménez Efrez
(Oscar. j)
|