Si usted dedica unos momentos a
contemplar las decisiones que está tomando, mientras las toma, entonces por este
mismo acto de observación está llevando todo el proceso desde la esfera de lo
inconsciente hasta la esfera de lo consciente. Este procedimiento de la toma
consciente de decisiones y de la observación es muy
potenciador.
Cuando usted toma una decisión -la que
sea-, puede preguntarse dos cosas:
En primer lugar:
“¿Cuáles son las consecuencias de esta
decisión que estoy tomando?”. Usted sabrá inmediatamente en su fuero interno
cuáles son.
En segundo lugar:
“¿Me aportará felicidad a mi y a los
que me rodean esta decisión que estoy tomando ahora?”.
Si la respuesta es afirmativa,
entonces siga adelante con la decisión. Si es negativa, si esa decisión lleva
aflicción a usted o a los que lo rodean, entonces no tome la decisión. Es así de
sencillo.
Entre el número infinito de
posibilidades de decisión que tenemos ante nosotros a cada segundo, sólo hay una
opción que nos generará felicidad a nosotros mismos y a los que nos rodean. Y
cuando usted elija esa opción, su consecuencia será una forma de conducta que se
llama “acción correcta espontánea”. La acción correcta espontánea es la acción
correcta en el momento correcto. Es la respuesta correcta ante cada situación en
el momento de producirse. Es la acción que nos nutre a nosotros mismos y a todos
los demás sobre los que influye tal acción.
de la
red
Estoy en manos de Dios. Siento fortaleza y coraje interno Confió en mi guía interior Mi corazón está repleto de fuerza y
confianza
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