¿Qué te hace diferente a los demás para poder triunfar?
Por Alejandro Valverde
¿Recuerdas el nombre de quién ganó la medalla de plata de tu deporte favorito en las últimas Olimpiadas? Posiblemente no. Sin embargo, bien podrías citar el nombre del atleta que obtuvo la de oro. Y eso es porque siempre se recuerda al primero, ese nombre repetido cientos de veces en las publicaciones o las redes sociales. El segundo… es cosa de archivos e historiadores. Y no tendrá las oportunidades de avance y ganancias que tuvo el que ocupó el sitial más alto en el podio. Porque el éxito está vinculado directamente de manera proporcional con la fama.
Si eres un buen ebanista, diseñador, cocinero, electricista, maestro, etc., la fama que logres alcanzar en tu especialidad te llevará a ser, a la vista de los demás, el mejor y más cotizado de tu profesión. La fama es una fuerza poderosa que se revierte en crecimiento financiero y satisfacción espiritual y material.
Gracias a las herramientas que ofrece la Internet, cada persona o negocio que abre una página virtual está expuesto cierta cantidad de fama, aunque en mucha menor escala que la de las celebridades. Pero si utilizas inteligentemente esas herramientas para publicitar tu campo de experiencia, lograrías la fórmula de "valor y compensación" que pavimenta el éxito. En ello, los siguientes consejos pueden ayudarte:
¿Qué te hace diferente a los demás?
En un mundo extremadamente competitivo, el servicio o producto que brindas es tan bueno como los de la competencia, y por eso debes contar con un "algo" extra que lo haga distinto o interesante y, en consecuencia, más atractivo que el del resto. Es lo que llamamos "crearse una marca" o estilo distintivo que —sin ignorar las fórmulas tradicionales del éxito— resalta por su novedad.
Disciplina, constancia, trabajo.
La fama tiene su costo, sobre todo disciplina, constancia y trabajo. Construye una infraestructura, sé puntual con los horarios y ofrece una respuesta rápida a tu cliente potencial. Trabaja "el salón virtual" aumentando tus seguidores a través de Twitter, Facebook y otras herramientas a tu alcance. Cada seguidor que gusta o comenta tu oferta, se convierte en tu publicista a través de sus propios seguidores.
Publicidad e inmediatez.
No te fascines por el éxito inmediato: si no cimentas bien tu camino con una visión a largo plazo, se evaporará con la misma rapidez que llegó. En esta época de comunicaciones veloces, la noticia de ayer ya no se recuerda hoy. Si escriben sobre ti o tu producto, enlázalo a tus sitios de Internet, pero simultáneamente enfócate en lograr nuevos artículos. La reseña gratuita de un experto publicada en una columna de revista es una publicidad más efectiva que la que se paga. Utiliza todas las herramientas que las redes sociales ponen en tus manos para darle exposición constante a tu marca o servicio.
Mercadeo y estrategias financieras.
Junto con la publicidad, el mercadeo y las estrategias financieras son pilares esenciales para catapultarse a la fama. Estudia cómo se comporta la demanda de tu oferta y trasciende las fronteras geográficas. Por otro lado, para las áreas de mercadeo y estrategias financieras puedes contratar expertos que te abran brechas hacia mercados mayores.
Comunicación.
Cultiva tu fama mediante la comunicación constante con el público al que va dirigido tu producto o servicio. Cada persona a la que le envías tu mensaje oralmente o por escrito es un cliente potencial. De ahí que es tan importante mantenerte en la palestra pública. La fama cuesta, pero las puertas que abre son las del rotundo éxito.