Si hay distancias, no comprendo,
me gustas y no hay razón,
y, aún sin estarte viendo
revuelcas mi corazón.
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Revuelcas mi corazón
y lo arrastras a tu pecho,
sólo tú tienes derecho
a guardarme en tu rincón.
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A guardarme en tu rincón
que aunque lejos me tendrás,
es cálida sensación
pues siempre me pensarás.
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Pues siempre me pensarás
para vencer la distancia,
y al imaginar tu estancia
quiero estar donde tú estás.
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Quiero estar donde tú estás
que mi verso ya es velero
y en la luz que tú me das
imaginar un crucero
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Imaginar un crucero
y en el brillo de tus ojos,
degustar tus labios rojos,
si no te tengo me muero.
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Si no te tengo me muero
y es que a veces no razono,
por lo mucho que te quiero
a lo lejos me emociono.
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A lo lejos me emociono
de imaginar tu regazo,
¿qué será encontrar tu tono
al cantar entre tu abrazo?
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Al cantar entre tu abrazo
porque la pasión me invita,
mi canción será un fracaso
tu piel cálida me excita.
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Tu piel cálida me excita
y tu madurez me llama,
y mi mente se derrama
el sensualismo me incita.
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El sensualismo me incita
y supera la decencia
y no hay norma aunque esté escrita
con una pasión de urgencia.
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Con una pasión de urgencia
sólo manda mi dulzura,
que hará suave mi premura
y divina mi inclemencia.
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Y divina mi inclemencia
mi deseo es poesía,
tu ausencia será presencia
la distancia es utopía.
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La distancia es utopía
nuestro amor es más que sueños
de este mundo somos dueños,
entorno con fantasía.
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Entorno con fantasía
como el frío y el calor
espero tu valentía
cuando sientas mi temor.
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Cuando sientas mi temor
de escapar del frenesí
¡no me dejes ir, mi amor,
apriétame contra ti!
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¡Apriétame contra ti!
justamente es lo que añoro,
¡apriétame te lo imploro!
soy tuya, lo comprendí
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Soy tuyo, lo comprendí
promételo tú también,
los caminos ya se ven
¡ya te aprieto junto a mí!