Los secretos de una amistad genuina
La amistad es un valor en el que las latinas creemos y por eso lo cultivamos a lo largo de nuestra vida.
Hay quienes conservan el afecto aunque no se vean ni se hablen en años,
y hay quienes se quieren tanto que no pueden pasar un día sin contarse las novedades.
Algunas disfrutan viajar y vivir aventuras juntas y otras aman compartir una charla serena
con una taza de café de por medio.
Hay tantas amistades como personas en el mundo, sin embargo todas comparten algunos rasgos en común
que las hacen valiosas, genuinas, duraderas y reconfortantes.
Aquí repasamos algunas claves para tener una amistad duradera.
Generosidad
Es el antídoto contra el egoísmo y la clave para gestar una relación de amor no posesivo con los demás.
Las verdaderas amigas entregan su tiempo y su compañía sin pedir nada a cambio,
y como resultado reciben el mismo amor que dan, pero multiplicado.
Comprensión
"El que busca un amigo sin defectos, se queda sin amigos", dice un proverbio turco.
Comprender los defectos y las circunstancias de tus amigas es fundamental para evitar enojos, rencores y resentimientos.
Una amiga genuina es aquella que puede ponerse en el lugar de la otra y aceptar su forma de ser, con defectos y virtudes
Sinceridad
Nuestras amigas verdaderas son nuestros espejos: en ellas nos miramos para completar nuestros pensamientos
y formas de ver el mundo. Una amistad honesta tiene como base una comunicación sincera,
en la que no existe temor a expresar opiniones. Cuando el amor está presente en la relación no
deben tener lugar los prejuicios ni los juicios. No olvidemos que la sinceridad es la clave de los buenos consejos.
Compartir
Un paseo, un café, una cena, un deporte o una actividad de trabajo: el placer por compartir es la
expresión más clara y visible de la amistad. Dicen que la amistad multiplica las alegrías y divide por dos las angustias.
Compartir con tus amigas los momentos de tu vida, sin duda debe significar
un alivio para tus penas y un motivo para celebrar aún más tus logros y los de ellas.
Aceptar imprevistos
Normalmente llevamos una vida organizada y planificada. Pero, ¿qué pasa cuando los malos o buenos momentos
nos sorprenden solos y tenemos que enfrentarlos sin más? Las verdaderas amigas son capaces de actuar
en situaciones de emergencia. Asistir a una amiga que acaba de recibir una mala noticia o compartir su día
más feliz son actitudes que no se olvidan nunca, y forman parte de un vínculo profundo
que no depende sólo de las citas programadas.
Estar en silencio
El consejo de una verdadera amiga siempre es bienvenido.
Pero muchas veces no hay palabras que puedan expresar la congoja o el dolor.
En esos momentos son nuestras amigas quienes acompañan en silencio,
y con una mirada o una mano en el hombro nos hacen saber que nos apoyan incondicionalmente.
Compartir el silencio también es parte de una expresión profunda de los sentimientos entre amigas.