El bosque mediterraneo
La importancia de la montaña en el paisaje andaluz favorece su acusada impronta forestal. Los bosques, matorrales y pastizales ocupan 4,6 millones de hectáreas, lo que supone el 51,5% del territorio de la comunidad autónoma. Dentro de esta superficie, 2,9 millones corresponden a terrenos arbolados, donde sobresalen las especies quercíneas (encinas, alcornoques, quejigos y robles), con 1,4 millones de hectáreas, y las distintas variedades de pinos, con 688.797.
El bosque mediterráneo, ejemplificado en los encinares y alcornocales, es el componente definitorio del espacio forestal andaluz. La encina, con sus hojas pequeñas, coriáceas y persistentes, otorga un uniforme tono verdoso al paisaje durante todo el año. A su alrededor crecen numerosas especies de arbustos y plantas aromáticas como el romero, el tomillo o la lavanda. En comarcas como la Sierra de Huelva, el fruto de las encinas –la bellota– constituye la base de la crianza del cerdo ibérico, que, a su vez, ha originado una potente industria agroalimentaria en torno a productos de gran calidad como el jamón de Jabugo.
Los alcornocales tienen su principal valor económico en el corcho, material escaso e insustituible del que Andalucía aporta el 80% de la producción española. El Parque Natural de los Alcornocales, entre Cádiz y Málaga, alberga la mayor extensión mundial de este tipo de bosque, con 120.000 hectáreas.