LA GIOCONDA DE LEONARDO DA VINCI
Florencia flor de música y aroma,
patria del gran Leonardo, inenarrable
madre de lo sutil y lo inefable...
Florencia del león y la paloma.
Mona Lisa sonríe, Madona Elisa
mira pasar los siglos sonriente.
Y nosotros también eternamente
llevamos en el alma su sonrisa.
Sonríe la Giocconda...¿Qué armonía,
qué paisaje de ensueño la extasía?
¿Por dónde vaga su mirar velado?...
¿Qué palabra fatal suena en su oído?...
¿Qué amores desentierra del olvido?...
¿Qué secreto magnífico ha escuchado?...
MANUEL MACHADO
El Cristo de Velázquez
De pie y con los brazos bien abiertos
y extendida la diestra a no secarse,
haznos cruzar la vida pedregosa
_repecho de Calvario_ sostenidos
del deber por los clavos, y muramos
de pie, cual Tú, y abiertos bien de brazos,
y como Tú, subamos a la gloria
de pie, para que Dios de pie nos hable
y con los brazos extendidos. ¡Dame,
Señor, que cuando al fin vaya rendido
a salir de esta noche tenebrosa
en que soñando el corazón se acorcha,
me entre en el claro día que no acaba,
fijos mis ojos de tu blanco cuerpo,
Hijo del Hombre, Humanidad completa,
en la increada luz que nunca muere;
¡mis ojos fijos en tus ojos, Cristo,
mi mirada anegada en Ti, Señor!
MIGUEL DE UNAMUNO .
LA VENUS DEL ESPEJO . VELÁZQUEZ
LA VENUS DEL ESPEJO
PENSEMOS en la muerte enamorada,
la muerte que es la espalda de la vida
o su pecho, quizás, ida o venida,
que hasta abrazarla no sabremos nada.
Creemos que la vida es nuestra amada,
que la besamos en la frente ardida
y que detrás hay una nuca hundida
que acaricia la mano trastornada.
Y vivimos tal vez frente a un desnudo,
una espada hermosísima o escudo,
la Venus del espejo de la muerte.
Más allá, al fondo, sus dos ojos brillan
de malicia o de amor, nos acribillan.
Oh Venus, ven, que quiero poseerte.
(Sonetos a Violante, 1962)
GERARDO DIEGO