Queramos o no admitirlo, todos mentimos en algunos momentos de nuestras vidas; desde decir una “mentira blanca” para hacer sentir bien a alguien o llamar al jefe con el embuste de que amaneciste enfermo, hasta asegurar que no realizaste algo que realmente hiciste, por tal de salir de un aprieto. Y decir una mentira “de mil en cien” es un acto normal entre los seres humanos, el problema está cuando ese comportamiento se vuelve cotidiano. Muchos de los mentirosos compulsivos inventan falacias a tal magnitud, que logran embaucarnos en problemáticas relaciones de pareja, amistad, trabajo y negocios. Por eso, debes saber cómo reconocer a un mentiroso para no caer en sus engaños.
1. El movimiento de sus ojos: Seguramente te ha pasado que estás conversando con alguien y repentinamente esa persona cambia su mirada cuando le toca hablar, sobre todo después de escuchar una pregunta. Si mira hacia arriba a la derecha es porque está inventado la mentira que dirá y si mira hacia arriba a la izquierda, está recordando eventos e información del pasado que realmente ocurrieron.
2. Pregúntaselo en persona: Si tienes el presentimiento de que alguien te está engañando, jamás lo confrontes durante una llamada telefónica y mucho menos mediante un mensaje de texto. Está comprobado que el uso del teléfono o celular le hace más fácil el trabajo a un mentiroso, pues no se tiene que preocupar porque su lenguaje corporal coincida perfectamente con lo que dicen sus palabras.
3. “Ojo” con las pausas y su voz: Cuando alguien miente tiende ser más pausado al hablar, traga más saliva y ofrece respuestas más cortas que de costumbre. También puede subir un poco el tono de voz, y fíjate bien en lo que dicen sus ojos; unas pupilas dilatadas delatan mentiras. Y si encima de eso, está sudando en un lugar fresco o se está mordiendo las uñas, ten por seguro que está mintiendo.
4. Suelen ser encantadores: Una de las características que más abunda entre los mentirosos compulsivos es que suelen tener una personalidad súper amigable para atraer a sus víctimas. Estudios psicológicos aseguran que quienes mienten de modo obsesivo padecen de falta de autoestima, fobias, ansiedades, inseguridad y complejos de inferioridad. Así que mucho ojo con esa persona que siempre quiere robarse la atención de todos en el trabajo, en el círculo de amigos o en las fiestas.
5. Nariz de Pinocho: A los mentirosos de la vida real no les crece la nariz como al popular niño de madera de la película de Walt Disney, sin embargo fíjate bien en esa parte del rostro. Resulta que cuando alguien miente esforzadamente, la adrenalina que libera su cuerpo es tanta que puede sentir un tipo de picor o cosquilleo mediante los capilares de la nariz, por eso, se la toca con más frecuencia. Además llevar las manos a la boca frecuentemente puede ser indicio de estar mintiendo.
6. Pregúntale más de una vez: Cuando los investigadores del cuerpo policiaco quieren descubrir la verdad de un crimen, preguntan varias veces las mismas preguntas para hallar inconsistencias. Aunque todo suene a verdad, no te confíes 100% si tu instinto te dice que no lo hagas. Hay mentirosos muy listos e inteligentes que saben cómo contar su “historia” sin equivocarse y mantener la consistencia de los sucesos.
7. “¿Qué dices?”: Si te pide que repitas tus preguntas constantemente durante una conversación, puede tratarse de una táctica que usa el mentiroso para tener tiempo suficiente y crear un embuste. Comenzar sus respuestas con frases como: “Para serte sincero…” y “La verdad es…” deben despertar en ti la sospecha de que algo no marcha bien con la sinceridad de esa persona.
8. Está a la defensiva: Cuando alguien no tiene nada que ocultar, por lo general se comporta cooperador y no se molesta cuando le preguntan algo, pero al mentiroso le fastidia que le hagan demasiadas preguntas y siempre está a la defensiva. Por eso, vela cómo cambia su humor de una conversación a otra.
9. Te culpa de ser un mentiroso: Si no has dicho una mentira específica como esa persona te acusa, su acción puede ser el reflejo de lo que él o ella hizo. Generalmente esas acusaciones surgen tras una confrontación de engaños cuando tu sexto sentido te dice algo está mal. Sigue siempre tu instinto, el cual casi nunca falla.
10. Los mentirosos no cambian: Quien te mintió una vez, lo hará una segunda, una tercera vez y todas las veces que tú se lo permitas. Y es que los embusteros jamás se arrepienten de sus mentiras porque no valoran la honestidad. Como otras condiciones, ser mentiroso es una adicción, que necesita un tratamiento de psicoterapia para ser curada. Si te topas con alguno de ellos, no permitas caer en su trampa de mentiras.