Enfrentamos nuestros temores
Cuando enfrentamos nuestros temores
descubrimos cuán insignificantes
son en realidad y les quitamos para siempre el poder
que tienen sobre nosotros. Pero para hacer esto, debemos tener un deseo real de transformarlos. Para tener ese deseo verdadero, el temor a no cambiar tiene que volverse
más grande que el temora hacerlo. Toma un paso hacia delante para enfrentar tu miedo el día de hoy.
Si es temor a volar, siente el dolor que no volar te causa. Si tienes temor al rechazo romántico, siente el dolor de no tener amor. Cuando comiences a sentir el dolor de permanecer igual construirás tu deseo
de enfrentar tu temor. No lo aplaces otro día más.
Joé
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