no puedo hacer otra cosa, sino amarte por tanto y tanto que me das cada día, amor que me sirve de luz y de guía para arañarte el alma y enamorarte
pinceladas de recuerdos, añejos como el buen vino, afloran a mi memoria y se agolpan en mis labios queriendo posar desnudos para el lienzo de tu mente, que recrea con detalle las piedras de mi camino y tu sed de mí se calma, sólo con beber en ellos,
como bebo yo en los tuyos, deleitándome en tus viajes, y pinto mi propio lienzo con esos paisajes bellos, maginando tu tren, y tu sencillo equipaje
qué bonita es la guirnalda que tejen nuestros momentos, cuando fluyen incesantes retazos de nuestra vida, enredando los recuerdos en este amor que destila suspiros de almas gemelas, rezumando sentimientos...
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