Huérfano quedará mi corazón
alma del alma, si te vas de ahí, y para siempre lloraré por ti enfermo de amorosa consunción.
Triste renuncio a las venturas todas de tu suave y eterna compañía, hoy que se apaga con la dicha mía, el altar que soñé para mis bodas.
Y el templo aquel de claridad incierta y tú, como las vírgenes vestida, brillarán en la noche de mi vida
como la luz de la esperanza muerta.
RAMON LOPEZ VELARDE
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