
Soldados colombianos patrullando las calles del
suburbio Comuna 13 en Medellín, en el departamento colombiano de Antioquía, el
24 de mayo de 2014, víspera electoral
Los colombianos votan por presidente este domingo en unos
comicios que el mandatario Juan Manuel Santos convirtió en un anticipado
referendo sobre el proceso de paz con la guerrilla de las FARC ante la oposición
a ese diálogo de su mayor contendiente, el derechista Óscar Zuluaga.
La votación, para la cual están convocados cerca de 32 millones
de personas, comenzó a las 08HOO (13H00 GMT) y terminará a las 16H00 locales
(21H00 GMT). La autoridad electoral prevé completar el 90% del escrutinio cuatro
horas después del cierre de las urnas.
"Salgan a votar temprano (...), sea quién sea el que gane, para
que este país siga por buen camino y encuentre esta paz tan añorada", dijo
Santos, aspirante a la reelección, acompañado por su familia luego de depositar
su voto.
Tras una campaña cargada de acusaciones mutuas de guerra sucia,
Santos y Zuluaga, aliados en el pasado, dominaban hasta hace ocho días la
intención de voto en las encuestas, pero ninguno superaría el 50% de las
preferencias, lo que obligaría a una segunda vuelta el 15 de junio.
Santos, un liberal de centroderecha de 62 años, en el poder
desde 2010, pidió el respaldo para concluir su principal obra de gobierno: el
proceso de paz que negocia desde noviembre de 2012 con las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC), la mayor guerrilla del país con unos 8.000
combatientes, que el 27 de mayo cumplirá 50 años de lucha armada.
Con una popularidad del 38%, Santos enfrenta la dura oposición
de Zuluaga, un derechista de 55 años apadrinado por el exmandatario Álvaro Uribe
que promete condicionar el diálogo a un cese unilateral del fuego por parte de
los rebeldes.
"Está en juego qué tipo de país queremos", dijo Zuluaga, quien
votó en el norte de la ciudad, en compañía de su familia.
Antes del mediodía la afluencia de votantes era baja en varias
partes de Bogotá. El voto en Colombia es voluntario y la abstención ronda
históricamente el 50%. La Misión Electoral de la UNASUR informó que la jornada
transcurría con "absoluta normalidad".
"Se necesitan unos acuerdos de paz (...), así esa plata que se
invierte en la guerra, se puede invertir en otros problemas", dijo a la AFP
María Paula Erazo, una estudiante de 20 años que votó en la Plaza de
Bolívar.
Zuluaga recogió la bandera de lucha de Uribe, el popular
exmandatario (2002-2010) y senador electo que encabeza la oposición a Santos, su
exministro de Defensa, a quien acusa de haberlo traicionado por entablar
negociaciones con la guerrilla.
"Voto por Zuluaga para que Colombia recupere el sendero de
seguridad abandonado por el actual gobierno", dijo Uribe a la prensa tras emitir
su voto.
Los otros candidatos, la conservadora Marta Lucía Ramírez, la
izquierdista Clara López y el independiente Enrique Peñalosa -favorables al
actual proceso de paz- marchaban rezagados en los sondeos de intención de
voto.
Peñalosa, exalcalde de Bogotá, pidió a los votantes que elijan
una "política distinta", la candidata conservadora llamó a terminar con el
"clientelismo" político para crear un "país diferente", y la aspirante de la
izquierda instó a generar un "cambio en Colombia".
- Polarización y tregua-
"La cuestión principal que polariza este proceso entre los dos
candidatos es el proceso de paz. Santos quiere acabar lo que empezó y Zuluaga
todavía es una incógnita porque no se sabe si acabará con el proceso", dijo a la
AFP el politólogo Yann Basset, del Observatorio Electoral de la Universidad del
Rosario.
El candidato opositor cree que Santos está dispuesto a dejar
en la impunidad los crímenes de las FARC y permitir su incorporación a la vida
política sin previo castigo.
"Zuluaga va a poner las cosas sobre la mesa, que haya paz sin
impunidad, no lo que está haciendo el doctor Santos. La traición que le hizo a
este gobierno anterior no tiene perdón", dijo a la AFP Henry Gallan, un vendedor
de equipos de seguridad de 58 años.
Sin embargo, el presidente, convencido de que no se puede
acabar hasta con el último guerrillero, asegura que los acuerdos con las FARC
serán refrendados luego por los colombianos.
Las partes, que negocian en medio del fuego, han alcanzado
consensos parciales en el problema agrario -origen del conflicto- la
participación política de la guerrilla y el narcotráfico.
El debate en torno a las negociaciones de paz eclipsó otras
preocupaciones, como el deficiente sistema de salud, la alta informalidad
laboral y la desigualdad social en un país que creció 4,3% en 2013.
Para esta jornada electoral, las FARC y el Ejército de
Liberación Nacional (ELN), la segunda fuerza insurgente del país, decretaron una
tregua unilateral en sus ataques.