UCRANIA
Entre tiroteos y crímenes
Las huestes de Kiev han convertido el este de la nación en un caos; el resto del país tampoco es un remanso de paz
Por MARTA G. SOJO internacionales@bohemia.co.cu
1 de agosto de 2014
Sentimientos muy turbios poseen aquellos que para alcanzar prebendas políticas y económicas son capaces de cometer actos tan execrables como hacer estallar un avión con pasajeros inocentes, que no tienen nada que ver con las grandes maquinaciones políticas de algunas potencias, gobiernos o agrupaciones.
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Estragos causados por el Ejército de Kiev en Donetsk. T.A. |
El derribo del avión malasio en territorio ucraniano ha originado similar conmoción en la opinión pública mundial a la de la destrucción en pleno vuelo de una nave de Cubana de Aviación en Barbados en 1976, o el incidente de Bandar-Abbas, en 1988, cuando un Airbus iraní fue alcanzado por misiles lanzados desde un buque de guerra norteamericano que “lo confundió” con un aparato militar. En este y otros casos, ¿casualmente?, el imperio yanqui está de alguna manera involucrado.
El mandatario Petrok Poroshenko, rápidamente y sin investigación ninguna, culpó a los separatistas; por su parte, estos acusan al gobierno de Kiev; los EE:UU. señalan a Moscú como culpable, con el insostenible argumento esgrimido por el presidente Barack Obama de que el equipamiento de los separatistas proviene de los rusos, quienes a su vez niegan toda participación con razones de peso. Pero a la altura de nuestro cierre de edición aún no hay certidumbre acerca autor, lo que sí resulta casi seguro que fue un misil el que abatió a la aeronave.
Según un artículo del sitio web de la institución académica canadiense Global Research, el manejo de toda la campaña en torno al incidente confirma la criminalidad política inherente a los más altos niveles del Gobierno estadounidense. El reporte ratifica la validez del pronunciamiento del especialista norteamericano Robert Parry, quien acusó a importantes medios de comunicación de ese país de culpar sin pruebas a Rusia por el trágico hecho.
El crimen contra los pasajeros y tripulantes del avión malasio es solo un episodio más del gran caos que existe en Ucrania, y que abarca, además de lo político y geopolítico, lo económico y lo social. Mientras la junta de Kiev está librando la guerra contra su propio pueblo en el sureste, las protestas están creciendo en todo el país, como consecuencia de la catastrófica caída de los niveles de vida de la población. Pero eso no es todo; conforme a medios de prensa foráneos, como resultado de la devaluación de la moneda nacional y la crisis agrícola, algunos productos alimentarios ahora cuestan el doble, al igual que los medicamentos. A este panorama se agregan las pugnas políticas entre los diversos partidos que gobiernan, expuestas con la renuncia de Arseni Yatseniuk, nombrado primer ministro de Ucrania, favorito de Washington y el FMI, y aceptado por los gobernantes europeos.
Su dimisión fue motivada por la falta de respaldo de los propios miembros de la Rada (Parlamento); específicamente perdió el apoyo de UDAR y Svoboda, dos de las tres formaciones políticas que sostienen el gabinete. El futuro, evidentemente, es incierto.
Pudiera ser, como creen algunos observadores, que el presidente Porochenko trate de erigir un poder legislativo que contribuya a fortalecerlo y le deje las manos libres para actuar a su aire.
Veremos si se queda el jugador emergente que pusieron como primer ministro, Vladimir Groysman, o si nombrarán a una figura compinche del presidente. Se especula sobre el adelanto de unas elecciones legislativas, la convocatoria posiblemente sea anunciada este agosto.
Por su parte, las operaciones bélicas contra los separatistas prorrusos continúa en su cruento despliegue, pero el Gobierno de Kiev aún sigue sin dominar la situación en su totalidad y las últimas noticias indican que continúan los bombardeos y aumenta la cantidad de heridos y fallecidos civiles. Como puede apreciarse, el panorama de Ucrania resulta lúgubre y está en una etapa tal vez crucial. ¿Qué sucederá? A estas alturas todas las hipótesis están abiertas.