Actualizado martes 10/07/2007 14:44 (
CET)
JON RIVAS
GANTE (BÉLGICA).- A Perico Delgado le costó un mundo ganar la Vuelta a España de 1985. Se la arrebató a Robert Millar en el último suspiro, gracias a la impagable colaboración de Pepe Recio camino de Segovia en la penúltima etapa. El ciclista escocés, que el año anterior había sido el ganador del Gran Premio de la Montaña del Tour y 'Deportista del Año en Gran Bretaña' para la BBC, lloraba desesperado al llegar a la meta y ver cómo perdía en una jornada el trabajo de toda la Vuelta.
Millar, un personaje tímido y solitario, fue ciclista profesional durante 11 años. Después se retiró. En 2003 desapareció de la circulación. Corrían rumores sobre su paradero, pero nadie sabía nada concreto. "Cada vez que le veíamos daba la sensación de que le había crecido el pecho", confesaba un supuesto amigo de Millar al 'Daily Mail'.
Hace unos años, en un acto en el que se premiaba a los grandes deportistas escoceses de la historia, Millar no apareció. Intrigado, el periodista Richard Moore, escribió un libro sobre él: 'En busca de Robert Millar'. Desaparecido. Sin embargo, el sensacionalista 'Daily Mail' indagó y encontró al escocés... o a la escocesa.
Millar, de 47 años, ahora es mujer. Se llama Philippa York y vive en Dorset con su compañera Linda Purr. Dicen que todavía le gusta mucho el ciclismo y que se le puede ver montada en su máquina con una larga melena al viento. "Es algo que hace tiempo se sabía", dice Álvaro Pino, que pasó bastantes apuros para vencerle en otra Vuelta a España. "En el ambiente del ciclismo conocíamos el cambio de sexo de Millar".
¿Cuándo decidió dar un giro tan inesperado a su vida? Quién sabe. Cuando era ciclista se casó con una francesa, Sylvia, hermana de otro ciclista, Jerome Simon, en 1985. Sin embargo, por alguna extraña razón, su familia no acudió a aquella ceremonia. El compromiso se rompió en poco tiempo, mientras Millar todavía disputaba carreras y subía montañas.
Volvió a Gran Bretaña. Millar, que fue el primer británico en subirse al podio de los Campos Elíseos (ganador de la Montaña), nació en Glasgow y su cuerpo enjuto le permitió convertirse en un escalador. En sus tiempos escandalizó al presentarse a las carreras con un pendiente en la oreja, algo casi impensable por entonces. Era, además, vegetariano, algo que se estilaba poco entre los deportistas de su tiempo.
Fue una celebridad en las Islas, en un deporte con pocas figuras británicas. El anterior había sido Tom Simpson, que murió en las laderas del Mont Ventoux, durante el Tour de Francia de 1966. Ahora ya no se llama Millar, y en su nueva vida como Philippa York no quiere dar explicaciones a la prensa. Prefiere preservar su vida privada. "La señora York no quiere discutir nada sobre su pasado", comentaba un allegado a instancias de los periodistas ingleses, que vieron a Philippa atareada en el garaje de su casa, arreglando el motor de un coche.
Por supuesto, en el pelotón del Tour se comentó la noticia. Sobre todo entre quienes alguna vez coincidieron con Millar. Además, cierta parte de la prensa se muestra sarcástica sobre la decisión de cambiar de sexo. "¿Robert Millar, pequeña reina?", titulaba 'Le Journal de Dimanche', que añadía a su crónica declaraciones de antiguos compañeros del ciclista que ahora es mujer.
Opiniones de sus ex compañeros
Stephen Roche, irlandés, ex ganador del Tour y ex campeón del mundo, era, tal vez, el más comprensivo: "Me enteré durante el prólogo de lo que se había publicado. No sé si será verdad, pero creo que, de todas formas, lo que se merece es que le dejen tranquilo", decía.
René Bernardeau, el director del Boygues Telecom y que corrió con Millar en los conjuntos Peugeot y en el Fagor, comentaba que hacía tiempo que había escuchado algo sobre la segunda vida de Philippa York. "Igual hace diez años que me lo había dicho Graham Jones, uno de nuestros antiguos compañeros ingleses. Pensaba que era sólo una habladuría, pero parece que es verdad".
Alguno se mostraba inmisericorde al recordar a Millar. Lemarchand, otro de sus compañeros en Fagor, decía a una publicación francesa que "siempre pareció un poco afeminado". No se lo había tragado la tierra. Sólo cambio de vida. '¿Desaparecido? No', escribió en un correo electrónico a Graham Jones. "Estoy tranquilo, relajado. Yo hago ahora las cosas que siempre quise hacer".