Al Barcelona no le queda más remedio que revisar su política deportiva después de que la FIFA haya confirmado la sanción que le impide cualquier fichaje desde el próximo 1 de septiembre hasta el 1 de enero de 2016 por vulnerar las disposiciones relativas a la contratación de menores desde 2009 a 2013. El Comité de Apelación de la federación internacional rechazó el recurso presentado por el club azulgrana y confirmó las resoluciones dictadas el 2 de abril por su Comisión Disciplinaria, que castigó a la entidad barcelonista con la prohibición de "inscribir a cualquier jugador, tanto a nivel nacional e internacional, por dos periodos de transferencia completos y consecutivos".
Aunque el veto afectaba inicialmente al mercado actual —verano de 2014— y al de invierno de 2015, el Barcelona logró el pasado 23 de abril de la propia FIFA la suspensión cautelar de la sanción, circunstancia que le ha permitido incorporar a seis jugadores (Ter Stegen, Bravo, Rakitic, Luis Suárez, Mathieu y Vermalen), así como recuperar a Rafinha (Celta), ascender a Masip y volver a ceder a Deufofeu (Sevilla) —además del croata Halilovic, inicialmente con ficha del filial—, por valor de unos 155 millones. La lista puede aumentar próximamente porque el Barcelona dispone todavía de 12 días, desde hoy hasta la entrada en vigor de la sanción el 1 de septiembre, para realizar más fichajes, cosa que no podrá hacer durante todo 2015.
La entidad azulgrana es acusada de vulnerar las reglas de contratación de menores
El director deportivo, Andoni Zubizarreta, deberá planificar al mismo tiempo la actual y la próxima temporada, de manera que no se descarta que se acelere la contratación —y posible cesión con vistas al futuro— de jugadores como el brasileño Douglas (São Paulo) ni tampoco hay que descartar la reapertura de negociaciones con el colombiano Cuadrado (Fiorentina). Y no hay duda de que la propia cantera saldrá favorecida. Más difícil le resultará bloquear a futbolistas que le podían interesar ante un futuro o que ya se han vinculado al club como Reus (Borussia Dortmund). Hay que tener en cuenta al respecto previsiones como la de los jugadores que acaban contrato el próximo 30 de junio (Alves) y el de otros cuya continuidad está o ha estado en entredicho (Xavi). El castigo no impide, por contra, ventas ni cesiones. Aunque el Barcelona recurrirá al Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS), las expectativas de que se anule la sanción son muy limitadas. La FIFA, que ya había advertido al club de las irregularidades que estaba cometiendo antes de sancionarlo, no ha tardado ni un día en reafirmar el castigo tras escuchar el martes en Zúrich la declaración durante cuatro horas de una delegación del Barça.
Los ocho afectados
Una denuncia anónima llevó a la FIFA a investigar a 33 menores que llegaron a La Masia a partir de 2009. El club fue sancionado en abril por irregularidades en 10 de esos casos. Hoy son ocho los menores afectados: tres coreanos en edad juvenil: Lee S. Woo, de 16 años y a quien llaman el nuevo Messi, Paik Seung-Ho y Jan Gyeolhee; el francés de 12 años Kayz Ruiz; el japonés Take Kubo (13); Lederman (14), de Estados Unidos; el camerunés Patrice Sousia (15); y el holandés Bobby Adekanye (15), que incluso rechazó una oferta del PSV. Los otros dos son el francés Theo Chendri, comunitario, que ya tiene 16, y el guineano Abdoul Mazid, que dejó el club. Todos habían recibido licencia de la Federación Catalana y dejaron de jugar cuando se les retiró a instancias de la FIFA. Los ocho afectados siguen su formación y sólo disputan partidos amistosos.
El club, que hace bandera de su fútbol base con el eslogan "La Masia no se toca", insistió ayer en un comunicado en que la resolución "atenta contra el espíritu" precisamente de la residencia de jóvenes, "un ejemplo de formación académica, humana y deportiva, reconocida mundialmente".
La FIFA sostiene que para nada cuestiona los valores de La Masia sino que penaliza el incumplimiento de la ley, extremo admitido oficiosamente por el propio Barcelona. Así, en su nota de ayer, el organismo internacional no solo confirma la multa de 450.000 francos suizos (unos 372.000 euros) sino que insta al Barça a regularizar en el plazo de 90 días la situación de los jugadores menores cuya contratación incumplió la normativa especificada en el artículo 19 del Reglamento del Estatuto y la Transferencia de Jugadores en vigor desde 2010.
El número de afectados se ha reducido notablemente, de 30 a ocho, desde que la FIFA inició la investigación después de una denuncia anónima, calificada de "mano negra" por el Barça. La entidad azulgrana ha ido regularizando la situación de los menores cuya actividad se ha limitado a los partidos amistosos desde la suspensión de su licencia federativa, que había sido extendida y activada previamente por la federación catalana a petición del Barcelona. El club defiende que jamás se ha contratado a un menor sin el permiso de sus padres —algunos progenitores incluso han expresado su contrariedad por la situación de sus hijos— y aplaude la política de la FIFA contra el tráfico de menores en el fútbol. Aceptar el espíritu de la ley, sin embargo, no le ha impedido vulnerarla al tiempo que ha expresado su voluntad de mediar para cambiarla.
Su excelencia en el cuidado de la cantera no le exime de cumplir la norma
Algunos observadores de la propia FIFA sostienen que el Barcelona se equivoca en su estrategia y coinciden en que sus reiterados recursos someten a un tremendo e innecesario desgaste institucional a la entidad y, sobre todo, a sus servicios jurídicos. El revés puede aumentar próximamente si el TAS desatiende la apelación del Barcelona. La estrategia del club será revisada la próxima semana en el consejo directivo presidido por Josep Maria Bartomeu. El primer paso ya se dio con la contratación de Albert Soler, ex secretario de Estado para el Deporte, como nuevo director de relaciones internacionales del Barcelona. La junta es consciente de que el club ha perdido poder e influencia en los organismos internacionales y que se encuentra en falso en varios asuntos. El más paradigmático es precisamente el de la sanción de la FIFA: su excelencia y singularidad en el cuidado de la cantera no le exime de cumplir la norma que obliga a unos requisitos de residencia y permisos de trabajo paternos para contratar a los menores.
Al equipo le cuesta competir con normalidad desde que la entidad está acosada por la justicia deportiva y la ordinaria, previa denuncia anónima o de uno de sus propios socios (Jordi Cases) en el fichaje de Neymar. No prosperan sus recursos porque está en falso, como ha quedado de nuevo constatado con la sanción de la FIFA que le impide fichar en 2015.
El reglamento y las excepciones
- El artículo 19 del Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores dice: “Las transferencias internacionales de jugadores se permiten sólo cuando el jugador alcanza la edad de 18 años. Se permiten las siguientes tres excepciones”:
- “Si los padres del jugador cambian su domicilio al país donde el nuevo club tiene su sede por razones no relacionadas con el fútbol”.
- “Si la transferencia se efectúa dentro del territorio de la Unión Europea (UE) o del Espacio Económico Europeo (EEE) y el jugador tiene entre 16 y 18 años de edad”.
- “Si el jugador vive en su hogar a una distancia menor de 50 km de la frontera nacional, y el club de la asociación vecina está también a una distancia menor de 50 km de la misma frontera en el país vecino. La distancia máxima entre el domicilio del jugador y el del club será de 100 km. En tal caso, el jugador deberá seguir viviendo en su hogar y las dos asociaciones en cuestión deberán otorgar su consentimiento”.