La habitación en que murió el Generalísimo: una reliquia histórica*
El 17 de junio de 1905, murió el mayor general Máximo Gómez Báez; pero ¿sabes dónde ocurrió su fallecimiento y qué ha sido del lugar y del mobiliario que lo rodeaba? Pues te cuento una hermosa historia de veneración a la memoria de un héroe.Por: María Luisa García MorenoPor entonces, la familia Gómez Toro habitaba la casona de 5a y D, junto al teatro Amadeo Roldán, en el Vedado capitalino. Esa edificación iba a ser demolida, razón por la que Benito Lagueruela y Vicente Font, dos cardenenses, realizaron gestiones para rescatar la habitación donde había fallecido el Generalísimo.
Como consecuencia de su labor, el Obispado hizo “[…] donación gratuita al Museo Oscar María de Rojas, de Cárdenas, de los techos, pisos, y puertas que constituyen la citada habitación del ángulo derecho del frente de la casa […] en la que falleció […] el ilustre General del Ejército Libertador de Cuba […]”, según consta en acta notarial fechada el 28 de octubre de 1908.
En piezas, la habitación fue trasladada a Cárdenas, la Ciudad Bandera, y montada entre el 18 de enero y el 1º de marzo de 1909, en el antiguo local del Museo y Biblioteca Pública, ubicado en la Avenida de Vives, frente al parque Martí. El montaje respetó no solo la estructura, sino incluso la orientación con respecto a los puntos cardinales, así como el color de la pintura de las paredes, ventanas y techos. De hecho, la habitación en que falleció Gómez fue el primer monumento trasladado en Cuba.
Años después, en 1913, Margarita, la hija menor de Gómez, visitó aquel cuarto y quedó muy impresionada por su fidelidad a la habitación original; ello propició que Urbano, otro de los hijos del Generalísimo, donara el mobiliario del dormitorio para ubicarlo en la pieza reconstruida.
En 1984, a petición de Elvira, hija del general Carlos María de Rojas, la habitación de Máximo Gómez se trasladó para el Centro de Veteranos, en cuyo patio fue ubicado en el primer semestre de 1986. Una vez más, el cuarto fue colocado en posición similar a la que ocupaba en la casa de 5a y D y, en su interior, se situaron no solo los muebles donados por Urbano, sino también otras valiosas piezas museables vinculadas con el gran dominicano.
El nuevo emplazamiento fue inaugurado el 30 de julio de 1986, año en que se celebraba el 150 aniversario del natalicio del insuperable jefe mambí, con la presencia del Comandante de la Revolución, Juan Almeida Bosque, presidente de la Comisión organizadora de las actividades conmemorativas; Pedro Máximo Vargas Gómez, nieto del Generalísimo; familiares de veteranos de nuestras guerras de independencia; dirigentes y pueblo en general. A partir de entonces el Centro de Veteranos adoptó el nombre del insigne jefe del Ejército Libertador.
Este centro ocupa el edificio del antiguo Cuartel de Caballería del Ejército de Operaciones español; fue reformado en la década del cuarenta del pasado siglo. Construido originalmente en el XIX, parte de este inmueble había sido destinado hasta 1886, año en que fue abolida la esclavitud, a depósito de cimarrones capturados.
Posteriormente funcionó como asilo de ancianos, primero y luego, como sede de la Banda de Música. Solo en 1932, fue entregado a la delegación local de la Asociación de Veteranos.
Tras realizarle varias mejoras constructivas, el 24 de febrero de 1945, quedó inaugurada en este lugar la Galería de Veteranos y Patriotas. En la década del setenta, los últimos veteranos lo entregaron para su conservación y custodia, a la Comisión Regional de Historia y, en 1974, se convirtió en filial del museo Oscar María de Rojas —perteneciente a la familia del general de división del ejército mambí Carlos María Rojas Cruzat y fundador y primer director del Museo y Biblioteca Pública de Cárdenas.
En 1986, como ya te expliqué, la dirección del museo decidió trasladar al patio de la institución la habitación en la que había fallecido el Generalísimo en la capital, el 17 de junio de 1905. De ese modo, la veneración hacia el insigne dominicano, preservó las valiosas reliquias.
Si bien, gracias al amor y colaboración de muchos, la habitación en que murió el viejo héroe Martí ha sido preservada como la valiosa reliquia que es, la casona de 5a y D, en el Vedado capitalino, que también debiera ser objeto de protección y respeto, pues en ella vivieron el Generalísimo y su familia, ha corrido un triste destino.
Ciertamente, una tarja recuerda el paso de Gómez por la edificación; pero el inmueble se encuentra en pésimas condiciones de conservación.
Sería bueno que las autoridades y vecinos del lugar se dieran al rescate de este sitio histórico.
* Se agradece la información a Ernesto Álvarez Blanco, historiador y museólogo de Cárdenas.