29 de agosto de 2014, 13:26Por Martha Cabrales Arias
Santiago de Cuba, 29 ago (PL) Una mujer desbordada como artista y ser humano volvió a desandar su ciudad natal, donde vecinas del humilde barrio de San Pedrito evocaron en un programa televisivo a La Lupe o La reina del latin soul.
Una nueva entrega del espacio Santiaguerías, dedicado al medio milenio de la urbe, devolvió la imagen y la voz de la cantante que brilló en escenarios internacionales y principalmente en Nueva York, una de cuyas calles lleva hoy su nombre.
Particularmente emotivos fueron los recuerdos de quienes la vieron crecer en esa barriada, que fue asiento inicial de sus aptitudes artísticas y en la cual ella y su familia dejaron una estela de cariño.
Personalidades de la cultura en la urbe recordaron a la intérprete, nacida en 1932 y marcada por una vida azarosa en la cual confluyeron el más estruendoso éxito con el fracaso ocasional, pasajes de drogas y alcohol, refugio en la religión afrocubana y un estilo y una voz únicos e irrepetibles.
Vistas de su pianista Homero Balboa, de Tito Puentes, que fue uno de sus mentores, y de ella junto a las glorias cubanas Pacho Alonso y Benny Moré, desfilaron por la pantalla, junto a santiagueros jóvenes que respondían no conocerla o de entrados en años que guardan de ella una asombrada memoria.
Guadalupe Victoria Yolí Raymond, La Lupe, falleció el 28 de febrero de 1992 en Nueva York y una evidencia de la trascendencia de su música son las canciones de la película del español Pedro Almodóvar, Mujeres al borde de un ataque de nervios.
En su repertorio se incluyeron títulos como Qué te pedí, La mala de la película, Puro teatro, La tirana, Adiós, No me quieras tanto y Carcajada final, cantadas por ella con arrebatos momentáneos que la hacían aparecer violenta y desmesurada en los escenarios.
Venerada y estigmatizada casi a la par por su irreverencia y agresividad, fue motivo de inspiración para muchos y dejó un legado insuperable, acuñado por la autenticidad de un ser humano tocado por una gracia inusual y un fuerte temperamento, puesto a prueba por prejuicios raciales y sexistas.
En el 2011 la cantante regresó a sus predios mediante la obra La gran tirana, con guión de Carlos Padrón, dirección de Verónica Lynn y la interpretación de María Teresa Pina, una puesta a la que se suman otras dos que ponen también sobre las tablas las alegrías y los desgarramientos de La Lupe.
Santiaguerías trae cada semana novedades desempolvadas de la historia de cinco siglos, en las cuales sobresalen las visitas de renombradas personalidades mundiales como la del poeta chileno Pablo Neruda.
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