Miles de personas se manifestaron este domingo por las calles de Santiago en el marco de los actos de conmemoración del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, que acabó con el gobierno de Salvador Allende, exigiendo al gobierno un mayor compromiso con los derechos humanos.
La manifestación, que contó con 3 mil asistentes, según cifras de la policía, es convocada anualmente por la Asamblea Nacional por los Derechos Humanos y en ella participaron familiares de las víctimas de la dictadura, representantes de asociaciones de derechos humanos, parlamentarios y políticos.
La marcha transcurrió de manera pacífica por las principales calles de Santiago, que amanecieron fuertemente custodiadas por la presencia policial y de furgones especiales, aunque registró incidentes violentos aislados en su parte final.
Un grupo de encapuchados levantó barricadas en el Cementerio General, donde se encuentra el Memorial del Detenido Desaparecido y Ejecutado Político, que recuerda a las víctimas de la dictadura y donde se realizó un acto cultural para rendirles homenaje.
La Policía recurrió entonces a gases lacrimógenos y tanques de agua para disolverlos. Cientos de personas portaron fotos con los nombres de desaparecidos durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), o pancartas reclamando Verdad y Justicia y fin a la impunidad, cuando van a cumplirse 41 años del golpe.
Los organizadores criticaron la falta de compromiso del gobierno en materia de derechos humanos y las condiciones especiales de detención que se ha dado a los torturadores.
“Parece que el gobierno no tiene voluntad política y queremos invitarlos a que se sumen a asegurar a nuestro país que nunca más se van a violar los derechos humanos”, afirmó a la prensa durante la manifestación Lorena Pizarro, presidenta de la Agrupación de Familiares Detenidos Desaparecidos.
“Queremos hacer un llamado a que la presidenta (Michelle) Bachelet vea esta necesidad que tiene el país de reparación”, afirmó la diputada comunista Karol Cariola, quien también solicitó el cierre de los penales con condiciones especiales en que se encuentran las personas condenadas por torturas.
“Los presos en Chile tienen pésimas condiciones sin embargo los torturadores prácticamente están en hoteles de lujo cumpliendo su pena cuando deberían estar en las peores condiciones porque son asesinos que derramaron la sangre” del país, afirmó Cariola, en referencia al polémico penal de Punta Peuco, donde hoy cumplen condena unos 60 militares condenados por violaciones de derechos humanos.
La dictadura de Pinochet dejó 3 mil 200 muertos y más de 38 mil detenidos y torturados, según datos oficiales.
(Con información de AFP)