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General: 14:42 › ¿REINO UNIDO?
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 10/09/2014 20:54

14:42 › ¿REINO UNIDO?

Los políticos ingleses en campaña por el "No" en Escocia

A ocho días del histórico referéndum, los líderes de los tres principales partidos británicos llamaron a la unidad y prometieron una mayor autonomía a la región durante visitas a ciudades escocesas. La campaña contra la independencia coincide con nuevos sondeos que profundizan el pánico de la clase política inglesa e hicieron caer nuevamente el valor de la libra esterlina.

El primer ministro británico, David Cameron, alertó a los escoceses que el resultado será "una decisión sobre el próximo siglo, y no sobre los próximos cinco años", en un discurso en Edimburgo, la capital de Escocia.

"Me importa muchísimo este extraordinario país, este Reino Unido que hemos construido juntos", agregó el premier, que junto al líder laborista, Ed Miliband, y el dirigente Liberal Demócrata y viceprimer ministro, Nick Clegg, viajaron a Escocia para unirse a la campaña a favor del "No" a la independencia. "Me rompería el corazón si decide separase esta familia de naciones que hemos reunido y con el que hemos hecho cosas extraordinarias juntos", concluyó.

Cameron combinó el tono suplicante de algunos fragmentos de su discurso, con otro de tenor más severo, en el que directamente advirtió que una eventual separación escocesa será irreversible e hizo hincapié en que en tal caso, el Reino Unido no compartirá la libra esterlina.

Por su parte, Miliband, para cuyo partido Escocia es la principal fuente de votos y diputados, subrayó que una Escocia independiente podría caer "en una espiral de retroceso" con consecuencias negativas para los salarios y las condiciones laborales. Por eso, el político abogó "con la cabeza, el corazón y el alma" por la unidad.

"Porque pienso que juntos podemos alcanzar mucha más igualdad y una sociedad más justa que estando solos", afirmó en Cumbernauld, al noreste de Glasgow. En tanto, Clegg pronunció su discurso más al sur, en Selkirk, donde también hizo hincapié en la necesidad de mantener a Escocia dentro del Reino Unido.

El gobernador del Banco de Inglaterra, el canadiense Mark Carney, contribuyó a la campaña advirtiendo que una unión monetaria de una eventual Escocia independiente con el resto del Reino Unido sería "incompatible con la soberanía" de la nueva nación.

La tradicionalmente fuerte moneda británica se encuentra en el eje del debate no sólo por que -como advirtieron hoy Cameron y Carney- hay gran resistencia a que una Escocia independiente pueda seguir utilizándola como moneda propia, sino también porque la irrupción de sondeos con resultados favorables a la opción independentista la hizo caer nuevamente, y por tercer día consecutivo.

En tanto, inversores y ahorristas escoceses desconfían del poder de convencimiento del premier y su campaña en Escocia, por lo que empezaron a trasladar miles de millones de libras a Inglaterra.

El ministro principal de Escocia y principal promotor del referéndum, el nacionalista Alex Salmond, intentó neutralizar la influencia de Cameron, Miliband y Clegg en tierra escocesa, y acusó al trío de integrar el "Equipo Westminster" --como se llama al Palacio del Parlamento británico--, que viaja por un día a Edimburgo porque "ha entrado en pánico".

Según Salmond, que habló durante un acto en la capital ante seguidores de su Partido Nacionalista Escocés, la principal preocupación de los tres jefes partidarios "es mantener intactos sus puestos".

"La amplitud de la campaña por el 'Sí' está allí y todos la pueden ver, no se trata del Partido Nacionalista escocés o del Partido Verde. Se trata de una campaña que le compete a toda la sociedad escocesa", afirmó el jefe del gobierno escocés.

Actualmente, Escocia es una nación constituyente y región administrativa del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte con su propio gobierno autónomo: el Parlamento Escocés, con sede en Edimburgo.

La nación era un estado soberano antes de la aprobación del Acta de Unión de 1707, cuando el Reino de Escocia se unió con el Reino de Inglaterra para establecer el Reino Unido. Tras un acuerdo entre el Parlamento Escocés y el Parlamento del Reino Unido, la pregunta formal de este referéndum será: «¿Debería Escocia ser un país independiente? Sí o No».

El resultado abrirá un importante arco de posibilidades en relación a la economía escocesa, la defensa de las Islas Británicas, las relaciones entre Escocia y sus vecinos y su afiliación con organizaciones internacionales como la Unión Europea, la OTAN y la Mancomunidad de Naciones



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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: RADIOPIPOLLSINFRONTERA Enviado: 11/09/2014 03:52

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 11/09/2014 12:34

Un desembarco desesperado en Escocia

Las encuestas marcan, desde hace dos semanas, un fuerte resurgimiento de la intención de voto a favor de la independencia, de cara al referéndum del día 18. El premier Cameron prometió una autonomía mayor que la actual.

 Por Marcelo Justo

Desde Londres

A una semana del referéndum sobre la independencia de Escocia, Gran Bretaña se encuentra al borde del ataque de nervios. En Escocia, los votantes están partidos por la mitad entre el campo del sí y el del no, mientras que en la flemática Inglaterra llaman a enarbolar banderas británicas para convencer a sus vecinos, piden la intervención de la reina Isabel II y caen la libra esterlina y las acciones de bancos y empresas. En un gesto desesperado los líderes de los tres principales partidos británicos –los conservadores del primer ministro David Cameron, los liberal demócratas y los laboristas– viajaron ayer a Escocia para convencer al electorado de permanecer en la unión.

Las encuestas marcan, desde hace dos semanas, un fuerte resurgimiento de la intención de voto a favor de la independencia que el domingo llegó a su clímax cuando un sondeo le dio una leve ventaja al sí. Así las cosas, la coalición conservadora-liberal demócrata que lidera Cameron salió a prometer que si Esocia votaba a favor de la permanencia de la unión con Inglaterra, consagrada hace más de 300 años, obtendría una autonomía mucho mayor que la actual, equivalente virtualmente a un federalismo a la estadounidense.

En una clara afirmación de que la continuidad de Gran Bretaña (Inglaterra, Escocia y Gales) es una política de Estado, la oposición laborista transmitió el mismo mensaje. Su líder, Ed Miliband, instó a los ingleses a que hicieran flamear banderas británicas en una suerte de mensaje de amor, mientras que el ex primer ministro laborista Gordon Brown, escocés de nacimiento, salió de gira para persuadir al electorado con un plan ultrafederalista de 10 puntos que se pondría en marcha un día después del referéndum.

El apoyo de los laboristas es fundamental. Los conservadores y liberales demócratas sumaron un 17 por ciento de los votos en las últimas elecciones en Escocia. Cameron ha cultivado un perfil más que bajo en la campaña, porque los conservadores se han convertido en una marca tan tóxica que son una de las principales armas de la campaña del sí: el acento “posh” del premier bastaría para convencer a muchos. Como dijo ayer el líder del Partido Nacionalista Escocés, Alex Salmond, la visita de Cameron a Escocia es un acto a favor de la independencia. Y no sólo por una cuestión de acento distinguido y arrogante. El Partido Nacionalista Escocés ha llevado adelante una muy exitosa campaña para convencer a los escoceses de que la única manera de liberarse de los conservadores es votando por la independencia, y que el estatal Servicio Nacional de Salud, que ha sido diezmado por la coalición, sólo estará a salvo si Escocia se separa.

En contrapartida, el mensaje del no a la independencia ha sido negativo y complaciente anticipando una suerte de apocalipsis económico o subrayando las enormes dificultades que representa. Estas dificultades existen sin lugar a dudas. Una de las más obvias es qué divisa usaría una Escocia que maneja la libra esterlina desde la unión con Inglaterra en 1707. Igualmente compleja es la cuestión de la deuda pública británica: si Escocia se independiza ¿quién se hace cargo de qué, de lo adeudado por la entidad Inglaterra-Escocia-Gales?

Otro punto de debate es el petróleo. Desde que en 1964 el gobierno británico otorgó las primeras licencias para extraer petróleo y gas, la industria ha invertido más de 700 mil millones de dólares y el fisco británico ha ingresado unos 350 mil millones a sus arcas. El impacto no ha sido sólo económico. Políticamente fue decisivo para el éxito de Margaret Thatcher, que llegó justo para beneficiarse de la explotación, pero también para el crecimiento del Partido Nacional Escocés que pasó de ser una fuerza inexistente en los ’50 (alrededor del uno por ciento del electorado) a una minoría de peso en los 70 (11 por ciento de los votos) y una mayoría en las elecciones autónomas de 2011 (46 por ciento).

El SNP ha dicho que costeará la independencia con una recuperación de las ganancias del petróleo y la conformación de un fondo soberano para administrar sus beneficios. En 2012, Escocia suministró un 67 por ciento de la demanda petrolera británica y un 53 por ciento de la de gas, pero hoy los campos del Mar del Norte se encuentran entre los menos rentables del mundo, y las reservas a descubrir exigirán una inversión gigantesca. Los estudios técnicos al respecto dan resultados según el color con el que se miran. En Londres se calcula que, a fines de década, los ingresos tributarios del Mar del Norte caerán a la mitad, mientras que un estudio financiado por la campaña del sí halló que los ingresos podrían ser seis veces más altos.

El impacto político de un sí es impredecible. Cameron ha dicho que no renunciará, pero su posición política quedará muy debilitada. El nombre completo de su partido es Conservative and Unionist Party: la unionist del título deberá ser tachada por un referéndum que él mismo convocó. Las cosas no son más promisorias para los laboristas. Escocia estuvo siempre muy a la izquierda de Inglaterra y votó laborismo hasta la debacle Blair-Brown-guerra en Irak cuando se inclinó por los nacionalistas. Dadas las peculiaridades del sistema electoral británico, las posibilidades de ganar de los laboristas en las elecciones de mayo se verían muy afectadas. Por último, la negociación de una separación llevará tiempo. “No se va a conseguir de la noche a la mañana y requerirá una ardua negociación. Ni siquiera puede descartarse que el resultado de esta negociación deba ser sometido a otro referendo. Mientras tanto, muchas zonas de Inglaterra, desde Manchester a Londres, se están preguntando por qué no pueden tener la autonomía que el gobierno les está ofreciendo a los escoceses para que no rompan la unión con Inglaterra y Gales”, señaló el columista del vespertino Evening Standard Anthony Hilton.



 
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