Poeta, médico, combatiente contra el colonialismo y sobre todo Padre de la Independencia angolana, Antonio Agostinho Neto, murió hace 35 años, un día como hoy 10 de septiembre.
Nacido el 17 de septiembre de 1922 en Ícolo e Bengo, en la provincia de Bengo, desde muy joven se unió a la actividad política revolucionaria que buscaba la independencia de Angola del colonialismo portugués. En 1951, mientras estudiaba Medicina en Coimbra, Portugal, fue arrestado por la policía represiva del régimen dictatorial de Salazar y solo liberado siete años más tarde; concluye entonces sus estudios y regresa a su Angola en 1959.
Sin embargo, desde 1956 Neto era ya el presidente del Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA), organización resultado de la unión en diciembre de 1956 del Partido Comunista Angolano (PCA) y el Partido para la Lucha Unidad de los Africanos en Angola (PLUA).
Neto fue nuevamente detenido el 8 de junio de 1969 en su tierra natal y por su encarcelamiento marcharon sus seguidores desde Bengo hasta Catete, en una acción reprimida con violencia por los soldados portugueses, que acribillaron a los participantes asesinando a 30 e hiriendo a 200 de ellos en lo que se conoce en la historia angolana como la Masacre de Ícolo e Bengo.
Neto fue exiliado a Cabo Verde, también colonia lusitana, y enviado a la cárcel en Lisboa. Las protestas obligan a Salazar a ponerlo bajo arresto domiciliario, se logra escapar a Marruecos y luego a Zaire.
El MPLA encauzaría la guerra contra el colonialismo que se desarrolló desde 1961 hasta 1974, cuando a la deposición del sucesor de Salazar, Marcelo Caetano, por la Revolución de los Claveles, se unió la acción guerrillera del pueblo angolano y se obtiene la victoria frente al colonialismo el 11 de noviembre de 1975.
Tras la victoria popular, Agostinho Neto fue el primer Presidente de Angola hasta su muerte en 1979.
Le sucedió José Eduardo dos Santos, en momentos en que la guerra civil y la intervención de las fuerzas sudafricanas del apartheid intentaron revertir una independencia lograda con la sangre de miles de los mejores hijos de Angola, y a la que Cuba contribuyó como hermana comprometida en la misma trinchera de combate.
Neto fue un importante representante de la cultura angolana destacándose como uno de sus mayores poetas. Buena parte de sus obras fueron escritas en prisión y en ellas denuncia las situaciones injustas del colonialismo y también expresa el optimismo por una vida nueva que contribuyó a construir.
Como dijo en el poema a la madre titulado Despedida en el momento de partir, Neto cumplió sus versos: Ya no espero más,/ soy yo el esperado. / Nosotros mismos somos la esperanza, / tus hijos, / viajando hacia una fe que nutre la vida.