El presidente ruso, Vladimir Putin, advirtió que la crisis separatista que enfrenta el gobierno de Kiev fue "provocada y creada" por algunos países europeos que intentan "revivir" a la OTAN, y le anticipó a la alianza atlántica que Moscú "no participará de una carrera armamentista".
Los dichos de Putin se relacionan con la decisión que la semana pasada se tomó en una cumbre de la OTAN, en la que aprobó un Plan de Acción Rápida (RAP por sus siglas en inglés), que prevé una fuerza "punta de lanza" formada por entre 3 mil a 5 mil soldados que estará lista para su despliegue en un plazo de un par de días, en cualquier lugar del mundo.
Ante esta situación, "Rusia se ve obligada a aumentar su seguridad", dijo Putin, quien consideró que la "militarización del espacio y las bases estadounidense en Europa y Alaska, directo en nuestra frontera, también hacen necesaria una reacción".
Putin a su vez dijo que quería tener una relación estrecha con Occidente. "De todos modos tenemos que tener en cuenta los riesgos existentes", manifestó y volvió a mostrar su simpatía por los separatistas del este de Ucrania al revelar que encendió unas velas por ellos en una iglesia de Moscú.
"Prendí las velas por aquellos que sufrieron mientras protegían a la gente en Novorosia" (Nueva Rusia), el nombre utilizado por los separatistas para definir al territorio por el que combaten. Hace poco, Putin había dicho que la ofensiva de los insurgentes era un "éxito" y que éstos actuaban para protegerse de la operación militar del gobierno ucraniano, que representaba un peligro para la población civil.