Querida Tolerancia, hace tiempo que no sé de ti, desde el último día que nos vimos en la fiesta.
Me hace estar intranquilo pensar que entre nosotros haya pasado algo y sé de cierto que no es así, pero también dudo de si en aquella alguien dijo algo que te molestara.
Mi querida amiga, concede a tu espíritu el hábito de la duda, y deja que sea tu corazón el que te guie. Sé, simplemente, tú misma. ¿Qué vamos a hacer los demás si dejas de ser tú? ¿Quién nos recordará, a cada momento, la importancia de tener fe en los demás, con el mismo respeto que tenemos hacia nosotros mismos? ¿Quién nos animará a mirarnos en un espejo para ayudarnos a tomar conciencia de que nosotros, como los demás, también somos imperfectos y necesitamos de la bondad de los otros?
Para muchos puede resultar molesto, incómodo…puede no gustarles, porque en realidad no soportan la idea de que al final el otro pudiera tener razón. No puedes combatir lo que no se puede cambiar, y tú, tú mejor que nadie, lo sabe. Pero no por eso deberías dejar de ser tú misma, la de siempre, la chica de la que me enamoré.
¿Recuerdas cuando me decías que hay que aceptar los defectos del mundo hasta que podamos encontrar el secreto que nos permita ponerles remedio? Cuánto me hiciste reír…y aún ahora, con solo recordarlo, me haces sonreír. Un día de confidencias sobre lo que nos unía en la vida me dijiste: “Cuando conozco a alguien no me importa si es blanco, negro, judío o musulmán. Me basta con saber que es un ser humano”.
Nunca encontraré a alguien que sea tan noble como tú y me robe el corazón como tú lo robaste. Mi querida alma gemela, todos estamos llenos de debilidades y errores; perdonémonos recíprocamente nuestras tonterías. Fuiste tú quien me lo enseñaste, ¿recuerdas? Si no podemos poner fin a nuestras diferencias, contribuyamos a que el mundo sea un lugar apto para ellas. Y ya sabes lo que siempre se dice, que “No es tolerante quien no tolera la intolerancia”.
Necesito que vuelvas, tómate tu tiempo, pero vuelve. Sin ti, no soy nada. te hecha mucho de menos , Respeto.
Lydia Giménez-Llort, escritora española
Que Dios los bendiga, guarde con bien y nos permita construir un mundo lleno de tolerancia y respeto por nuestros semejantes