El 21 de septiembre es el Día Mundial del Alzheimer, una enfermedad neurodegenerativa progresiva, con características clínicas y patológicas distintivas, caracterizada por el deterioro progresivo de la memoria y otras funciones cognitivas, y constituye la causa más común de demencia, que conduce a la muerte, en un periodo entre dos y 10 años después de establecido su diagnóstico, reconoce la Sección Cubana de Alzheimer.
Según datos de la propia Sección, Cuba es un país que envejece y por tanto el número de enfermos aumenta proporcionalmente. La población de adultos mayores representa en el 2011, el 17,6 por ciento del total. Los estudios realizados en la población cubana muestran una elevada prevalencia e incidencia de esta enfermedad, similar a la observada en Europa y Norteamérica.
En Cuba una de cada 15 personas de 65 años y más, padece de enfermedad de Alzheimer o una demencia relacionada, por lo que se estiman 130 000 cubanas y cubanos sufren de una demencia, con 28 000 nuevos casos anuales.
Para el 2025, dos tercios, es decir, el 71 por ciento de las personas con demencia vivirán en los países en vías de desarrollo.
Por cada enfermo existen 2 familiares afectados por el cuidado.
La Sección Cubana plantea demás que la demencia tiene un efecto devastador, no solo en la persona con la enfermedad, sino también en sus familiares, amigos y cuidadores. Constituye la crisis más significativa desde el punto de vista social y para la salud del siglo XXI.
En el mundo viven 35.6 millones de personas con demencia y este número se incrementará a 115.4 millones para el 2050. Hoy, aproximadamente, el 0.5 por ciento de la población mundial vive con demencia. Después de los 65 años, la probabilidad de desarrollar Alzheimer se duplica cada cinco años en que se avanza en edad, y a los 85 años, esta probabilidad se aproxima al 50 por ciento, reconoce la Sección Cubana.
Los costos del cuidado de las demencias se estiman en 604 billones de dólares anuales a escala mundial. Estos enormes costos que producen las demencias y el reto que representa el incremento del número de adultos mayores, producirán un cambio dramático en los sistemas de cuidado en todo el mundo.
Un estudio reciente demostró que el costo de las demencias excede al causado por el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y la enfermedad cerebrovascular combinadas.
Por ello, el llamado es vital fortalecer los conocimientos de la gente sobre la prevención de esta enfermedad mental, es de vital importancia.
Las demencias constituyen la tercera enfermedad en costos económicos superada sólo por las enfermedades cardiovasculares y el cáncer y la cuarta causa de muerte.
La enfermedad de Alzheimer, un trastorno degenerativo del cerebro, que se desarrolla en un periodo de años, es la causa más común de demencia.
La Demencia se refiere a la afectación progresiva de las funciones mentales, tales como la capacidad para pensar, recordar, razonar y planificar acciones, con suficiente severidad para afectar las actividades de la vida diaria y la relación con el medio familiar y social de la persona que la padece.
Las demencias afectan a personas de diferentes sexos, color de la piel, geográfico, económico y social.
Con el desarrollo de la enfermedad las personas con demencia necesitarán ayuda para su cuidado y desarrollar sus actividades de la vida diaria.
En la actualidad no existe cura para la enfermedad de Alzheimer y otras demencias, pero su curso puede ser enlentecido.
Los síntomas de demencia incluyen pérdida gradual de la memoria, afectación de la capacidad para ejecutar tareas cotidianas, desorientación y empobrecimiento del lenguaje entre otros. Manifestaciones del comportamiento como agresividad física y verbal, alucinaciones e ideas de daño, también pueden presentarse.
Sus síntomas pueden pasar inadvertidos y considerados como parte del envejecimiento “normal”.
En sus inicios, las personas experimentan pérdida progresiva de memoria y cierta confusión, síntomas en ocasiones atribuidos al envejecimiento. Digamos problemas en recordar episodios recientes, dificultad para realizar tareas conocidas y habituales, falta de concentración, dificultad para encontrar palabras, entre otros.
Si en su entorno a familia, conoce a alguien que presenta tales características, no dude en llevarlo a una consulta especializada. La atención rápida es fundamental.