El arquetipo de la bruja y la libertad femenina...
La bruja arquetípica es una mujer y, por lo tanto, un símbolo de poder espiritual femenino. Desde ese nivel simbólico, la bruja es una figura que destaca la idea del empoderamiento femenino y la sabiduría ancestral, pues es la mujer que busca el conocimiento, las nuevas ideas y métodos de aprendizaje (incluso, si éstos resultan poco ortodoxos), así como busca diferentes formas de comprender y honrar la Naturaleza sustentadora del ser humano. La bruja es la mujer arquetípica que comparte y aprende con otras mujeres; transgrede las normas que rigen la sociedad patriarcal; es la mujer que utiliza los utensilios del hogar (que después representarían símbolos de servidumbre doméstica) y los convierte en los canales de la libertad femenina: por ejemplo, el caldero tranformador de la materia o la escoba que conduce al vuelo nocturno y protegido por la luz de la luna.
Sin embargo, todo ese carácter positivo fue invertido por la misoginia que, desde otras interpretaciones, impregna el símbolo de la bruja. Así que, de alguna manera, ahora nosotras las brujas, con nuestro quehacer y forma de vida, estamos mostrando al mundo que nuestra búsqueda no está motivada por el ansia de poder o por la maldad, sino por una inquietud legítima de encontrarnos a nosotras mismas, ser felices utilizando nuestras capacidades creativas y sanadoras y, también, por un deseo de invertir los símbolos de la opresión hasta volverlos símbolos de la libertad.