Al igual que el 1ro. de enero de 2014, el primer homenaje del Presidente cubano fue para los héroes y mártires de la Patria.
Yaima Puig Meneses - Foto: Estudios Revolución - Juventud Rebelde.- Este enero no podía ser diferente. En jornada de recordación y homenaje, de compromiso eterno con la Patria, devino el primer día del año para el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros. Otra vez, al igual que el 1ro. de enero de 2014, el tributo eterno a nuestros héroes y mártires.
En el Cementerio de Santa Ifigenia, junto a las tumbas donde descansan los restos de Mariana Grajales y María Cabrales, madre y viuda, respectivamente, del General Antonio Maceo, depositó Raúl las primeras flores de la mañana. Después recorrió el panteón dedicado a los veteranos de la Guerra de Independencia y frente a la bandera cubana dejó un ramo de flores.
A Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria, dedicó unos minutos de solemne homenaje. Hasta la tumba del inolvidable Frank País, custodiada por una bandera cubana y otra del 26 de Julio, llegó el Presidente cubano. Allí otra vez el tributo silencioso.
Flores situó también en los panteones a los héroes mártires del 26 de Julio y a nuestros combatientes internacionalistas, para luego presenciar el cambio de guardia de honor que custodia el féretro con los restos mortales de José Martí. Frente a su tumba el saludo militar, la mirada firme y el ramo de rosas blancas.
Poco después, en las entrañas de Mayarí Arriba, donde se yergue majestuoso el Mausoleo del Segundo Frente Oriental «Frank País García», continuó el General de Ejército su homenaje. Allí, frente a la llama eterna, también el saludo militar y las flores como muestra de recordación y respeto a sus compañeros de tantas batallas, los héroes y mártires caídos durante la lucha o fallecidos después del triunfo de 1959.
Para Vilma Espín, la Heroína de la República de Cuba y su compañera en la vida y en la obra revolucionaria, el homenaje eterno, la mirada tierna, las flores de siempre, la caricia suave sobre la placa que lleva su nombre… como queriendo hacerle llegar el infinito amor que siempre le ha profesado.
Tampoco faltó el homenaje para el entrañable amigo de Cuba y destacado bailarín, Antonio Gades, cuyos restos reposan en este histórico lugar.
Despacio, como intentando no importunar la paz que reina en este lugar sagrado de la Patria, el General de Ejército recorrió los nichos de sus compañeros para dejar junto a ellos su homenaje.
A sus padres y familiares también rindió tributo Raúl en el conjunto histórico de Birán.
Definitivamente el nuevo calendario no podía comenzar de otra manera. Nuestros héroes y mártires, cuyo sacrificio infinito ha permitido que nuestros niños tengan hoy amaneceres felices, merecían el primer homenaje, el primer recuerdo.