El papa Francisco saluda a los fieles que acudieron a la misa de canonización del srilanqués Joseph Vaz, en Colombo el 14 de enero de 2015
El papa Francisco reconfortó este miércoles a la pequeña iglesia de Sri Lanka ante un millón de fieles en Colombo, insistiendo en la libertad de creencia en un país azotado por tensiones étnicas e interreligiosas.
La policía de la capital, que dio la cifra de un millón de personas asistentes, dijo que se trató de la congregación más importante reunida durante una manifestación pública en el país. El Vaticano cifró por su parte los presentes en la misa en más de 500.000. Mucho antes del alba, una multitud de jóvenes afluyeron hacia la Galle Face Green, malecón de Colombo, custodiado por un imponente cordón policial y soldados, con el fin de poder ver, saludar y rezar con el primer papa procedente del hemisferio sur. Llegados de todos los rincones de la isla, algunos llevaban colchones y provisiones en previsión de una larga espera. La mayoría eran católicos pero también había budistas.
La gira de Francisco por Filipinas: el riesgo y los peligrosos antecedentes con otros papas La misa fue el punto álgido de una visita de dos días a Sri Lanka, veinte años después de la de Juan Pablo II. Fue retransmitida por pantallas gigantes y difundida por las principales televisiones.
- El primer santo srilanqués -
Por primera vez en una nación de 20 millones de habitantes, el 7% de los católicos, presentes entre las etnias cingalesa y tamil, tendrán un santo: Joseph Vaz, misionero llegado de India en el siglo XVII y venerado por su ayuda a los pobres y enfermos de todas las comunidades.
El Papa recordó, al canonizarlo este miércoles, la vida de este misionero, que se vestía como un mendigo para mezclarse con los católicos perseguidos y que recibió el apoyo del rey budista. Joseph Vaz sirvió a los habitantes de Sri Lanka "sin distinción", y siguiendo su ejemplo, la Iglesia, "no hace distinción entre razas, credos, pertenencias tribales, condiciones sociales ni religiones", dijo el Papa. "La libertad religiosa es un derecho humano fundamental", aseveró, en un contexto de creciente violencia religiosa en Sri Lanka.
Grupos nacionalistas budistas atacaron recientemente mezquitas e iglesias para denunciar la influencia, según ellos injustificada, de estas minorías. Algunos cristianos están mal vistos porque apoyan que se realicen investigaciones extranjeras sobre los crímenes del ejército de Sri Lanka contra los tamiles durante la guerra civil que finalizó en 2009.
- Intimidaciones y coacciones -
"Todo individuo debe ser libre, solo o asociado con otros, de buscar la verdad, de expresar abiertamente sus convicciones religiosas, libre de intimidaciones y de coacciones exteriores", insistió el Papa.
La isla sigue fracturada entre la mayoría cingalesa y la minoría tamil seis años después de la represión brutal de la rebelión de los Tigres tamiles por el ejército. En un discurso, el cardenal de Colombo, Malcolm Ranjith - de la mayoría cingalesa -, agradeció al Papa que hubiese venido a reconfortar a un país que "ha vertido tantas lágrimas" en la reciente guerra que "agotó nuestros recursos". "Os pedimos que nos ayudéis a pedir perdón mutuamente por la violencia insensata, para olvidar y perdonar y para lograr un proceso que pueda construir puentes entre las partes heridas por el conflicto. Pero estamos muy lejos de este objetivo", constató.
Srimathi Fernando, de 54 años, dijo a AFP que acudió a la misa para recibir una bendición personal del Papa. Había traído la foto de su esposo convaleciente, tras sufrir un infarto. Otra madre de 48 años vino también para recibir la bendición para su hijo de 19 años condenado a tres años de cárcel por tráfico de droga. "Mi hijo malogró su vida, con una bendición papal, seguro que puede abrir una nueva página", dijo, mostrando la foto del chico cuando todavía era un bebé.
Las autoridades decretaron festivo este miércoles. Unos 21.000 miembros de las fuerzas del orden fueron desplegadas.
Francisco, que inició su visita el martes, viajará por la tarde en helicóptero al santuario de Madhu, en una región tamil muy marcada por la guerra civil.
El Papa sostiene que “la libertad de expresión tiene límites”
El papa Francisco dijo este jueves que es "aberrante" asesinar en nombre de Dios, pero aseguró que "no se puede ofender" la religión o "burlarse" de ella. Así lo manifestó el pontífice durante una rueda de prensa de 40 minutos a bordo del avión en el que viajaba desde Sri Lanka hacia Filipinas y en el que los medios de comunicación, entre los que se encontraba Efe, le preguntaron sobre el reciente ataque al semanario Charlie Hebdo en París, en el que murieron 12 personas.
La libertad religiosa y de expresión, asuntos que se trataron durante su estancia en Sri Lanka, fueron abordados por el Papa, quien se refirió, sin citarlo expresamente, al ataque a la redacción de esa publicación. Al Pontífice no se le escapó el sentido de la pregunta que le hicieron los periodistas franceses y contestó: "Creo que los dos son derechos humanos fundamentales, tanto la libertad religiosa como la libertad de expresión".
"¿Usted es francés? Vayamos a (lo de) París, hablemos claro", dijo a uno de ellos para afirmar: "Matar en nombre de Dios es una aberración". Después, comenzó a hablar de la libertad de expresión, de la que afirmó que es un derecho y una obligación, pero que, precisó, "tiene límites".
"Es verdad que no se puede reaccionar violentamente, pero si Gasbarri (el papa aludió a uno de sus colaboradores sentados junto a él en el avión), gran amigo, dice una mala palabra de mi mamá, puede esperarse un puñetazo. ¡Es normal!", aseguró.
"No se puede provocar -añadió- no se puede insultar la fe de los demás. No puede uno burlarse de la fe. No se puede", insistió el papa. Y agregó: "Tenemos la obligación de hablar abiertamente, de tener libertad, pero sin ofender".
El atentado contra el semanario Charlie Hebdo estuvo motivado por la publicación en el semanario de caricaturas de Mahoma, en teoría prohibidas por el islam. Así, según los vídeos grabados por testigos de los hechos, los atacantes gritaron tras cometer la acción que habían "vengado al profeta".
Y el último número de Charlie Hebdo, el primero tras los atentados, vuelve a presentar en portada una caricatura del profeta llorando y sosteniendo un cartel que dice "Je suis Charlie" (Yo soy Charlie), tras el titular "Todo está perdonado". En el avión, en su viaje hacia Filipinas, el Papa respondió a ocho preguntas, una de ellas también sobre las supuestas amenazas del extremismo islámico. Incluso bromeó sobre la posibilidad de reforzar su seguridad ante la amenaza de sufrir atentados y aseguró a la prensa que tiene "una buena dosis de inconsciencia".
"Yo digo siempre que tengo un defecto, que tengo una buena dosis de inconsciencia", dijo Francisco cuando se le preguntó sobre si tenía miedo y se había pensado elevar el nivel de su seguridad en los viajes o en la Santa Sede. Eso sí, Francisco se mostró preocupado por los fieles que acuden a sus actos.
Sin embargo, intentó quitar hierro al asunto cuando bromeó y aseguró: "Yo solo pido una gracia, que en el caso (de atentados) no me duela porque no soy valiente ante el dolor. De esto tengo mucho miedo". "Sé que estoy en las manos de Dios, pero también sé que hay atención a la seguridad", resaltó.
La cuestión de la seguridad será fundamental en Filipinas, donde mañana el pontífice argentino tiene la agenda plagada de eventos. A su llegada a la base aérea de Villamor, en Manila, fue recibido por el mandatario filipino, Benigno Aquino, a quien mañana visitará en el palacio presidencial.
El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, no quiso dar cifras sobre la multitud que salió a la calle para dar la bienvenida a Francisco, aunque aseguró que fue "impresionante" y que eran "cientos y cientos de miles de personas".
Poco después, oficiará su primera misa en presencia de arzobispos, sacerdotes y devotos en la catedral de la Inmaculada Concepción de Manila, tras lo que se reunirá con familias filipinas pobres.
Durante la rueda de prensa en el avión, Francisco explicó que en esta visita a Filipinas "el centro del mensaje serán los pobres". "Los pobres que quieren ir adelante, los pobres que han sufrido con el tifón Yolanda y que aún sufren sus consecuencias y el pobre que tiene la fe y la esperanza (...), los pobres explotados, los que sufren tantas injusticias sociales, espirituales y existenciales", precisó.